La guerra genocida en Gaza lanzada por el régimen israelí el 7 de octubre del año pasado cumplió 300 días el jueves, dejando tras de sí un reguero de muerte y destrucción, con casi 40 000 palestinos muertos.
Por: Humaira Ahad
Sin embargo, los organismos de defensa de los derechos humanos creen que el número de muertos es mucho mayor, ya que miles de personas siguen desaparecidas, atrapadas bajo los escombros y las ruinas.
En los últimos diez meses, el ejército israelí ha lanzado 82 000 toneladas de explosivos en Gaza, ha llevado a cabo 3457 masacres en el territorio y ha desplazado a casi la totalidad de los 2,3 millones de habitantes, según la Oficina de Medios del Gobierno de Gaza.
Entre los muertos por el régimen del apartheid en estos 300 días de guerra genocida se contaban casi 16 314 niños y 10 980 mujeres.A continuación, se presentan algunas de las sangrientas masacres que Israel ha perpetrado en la franja costera en los últimos 300 días con total impunidad, apoyado por Estados Unidos y otros aliados occidentales.
El 17 de octubre del año pasado, casi 500 palestinos murieron después de que aviones de guerra israelíes lanzaran bombas pesadas sobre el hospital Bautista Al-Ahli en la ciudad de Gaza.
El complejo médico se había convertido en un lugar de refugio para mujeres y niños, cuyas casas fueron bombardeadas por las fuerzas del régimen en los primeros días.La devastadora explosión también masacró a decenas de médicos, enfermeras y personal paramédico allí.
“Estábamos realizando una cirugía en el hospital cuando se produjo una fuerte explosión y el techo cayó sobre la sala de operaciones...
Esto es una masacre”, relató el Dr. Ghassan Abu Sitta, un cirujano palestino-británico.
Testigos presenciales revelaron detalles horribles de la recolección de partes de cuerpos esparcidas después de que el hospital fuera alcanzado por un cohete israelí.
El 20 de octubre, la iglesia ortodoxa griega de San Porfirio, en la asediada Franja de Gaza, fue alcanzada por un ataque aéreo israelí, lo que dio lugar a otra trágica masacre.
La iglesia del siglo XII, que resultó ser la más antigua de Gaza, albergaba al menos a 500 palestinos desplazados que se vieron obligados a abandonar sus hogares, tras el bombardeo israelí, cuando fue atacada.
Entre los muertos había 17 cristianos, una comunidad que se enfrenta a una “amenaza de extinción” desde que Israel lanzó el horrible ataque al territorio costero.
En noviembre, el régimen lanzó al menos dos bombas de 2000 libras, el segundo tipo más grande en su arsenal, en el sitio del campo de refugiados de Yabalia al norte de la Franja de Gaza, matando a decenas de palestinos vulnerables.
El campamento, densamente poblado, fue atacado al comienzo de la guerra, incluidos los días 9, 12, 19 y 22 de octubre, matando y hiriendo a cientos de personas.
El 2 de diciembre, más de 100 palestinos murieron y muchos resultaron heridos cuando Israel volvió a disparar una andanada de misiles contra el campamento de refugiados de Yabalia.
“Un ataque con misiles tuvo como objetivo un edificio residencial perteneciente a la familia Obaid en el campamento de Yabalia”, informaron en ese momento los medios palestinos locales.
Apenas dos semanas después de esta masacre, casi 90 palestinos más murieron y más de 100 resultaron heridos el 17 de diciembre, cuando el régimen israelí volvió a bombardear el campamento de refugiados.
El Ministerio de Salud de Gaza dijo en ese momento que los ataques alcanzaron un bloque residencial perteneciente a las familias al-Barsh y Alwan en la ciudad de Yabalia.
El 13 de diciembre, familias desplazadas se refugiaban en la escuela Shadia Abu Ghazala, gestionada por las Naciones Unidas, al oeste del campo de refugiados de Yabalia, en el norte de Gaza, cuando soldados israelíes entraron en el edificio y empezaron a disparar indiscriminadamente contra los palestinos desplazados.
Horas más tarde, se encontraron más de 15 cuerpos descompuestos y acribillados a balazos amontonados en las aulas.
Un equipo del grupo de derechos humanos Euro-Med Human Rights Monitor, con sede en Ginebra, dijo que los ataques eran injustificados y estaban dirigidos contra civiles inocentes que habían buscado refugio en centros de acogida tras recibir órdenes israelíes de evacuar sus hogares y zonas residenciales.
El 29 de febrero, al menos 120 personas murieron y más de 760 resultaron heridas cuando el ejército israelí abrió fuego indiscriminado contra cientos de palestinos hambrientos que esperaban ayuda alimentaria.
La gente se había reunido en la calle Harun al-Rashid de Gaza esperando a que llegaran los camiones de ayuda que, al parecer, transportaban harina para los residentes del suroeste de Gaza, quienes se encontraban meses luchando contra la escasez de alimentos
Cuando el convoy de camiones de ayuda pasó por el puesto de control en dirección al norte, el ejército israelí empezó a disparar contra la gente que se había reunido en gran número.
Tras detenerse la primera ronda de disparos, la gente desesperada por recibir ayuda volvió a los camiones, pero el ejército del régimen volvió a abrir fuego.
Al relatar los detalles, testigos oculares dijeron que después de los disparos los tanques israelíes atropellaron a los heridos y a los cadáveres que yacían esparcidos por la carretera.
Tras la masacre de la harina a finales de febrero, el régimen habría matado a más de 400 palestinos hambrientos que esperaban en cola para recibir ayuda vital.
El Observatorio de Derechos Humanos Euro-Med afirmó en su mordaz informe que la masacre israelí en el hospital Al-Shifa fue una de las mayores de la historia palestina.
El grupo de derechos humanos aseveró que al menos 1500 personas habían muerto, resultado heridas o habían desaparecido, “la mitad de las víctimas eran mujeres y niños”, durante el asedio que duró meses al hospital entre noviembre de 2023 y abril de 2024.
El informe de Euro-Med reveló detalles escalofriantes y confirmó que al menos 22 pacientes fueron asesinados a tiros, mientras estaban en sus camas de hospital. El régimen mató a cientos de empleados civiles del gobierno, así como a médicos que se negaron a abandonar a sus pacientes enfermos.
Las tropas israelíes también destruyeron e incendiaron casi 1200 casas en las cercanías del hospital.
Tras dos incursiones israelíes en el complejo médico en noviembre y marzo, se descubrieron tres fosas comunes dentro del complejo médico Al-Shifa.
Euro-Med informó de que “la presencia de catéteres urinarios o férulas, que se encontraron todavía adheridos a algunos de los cuerpos de los pacientes muertos durante el proceso de exhumación, así como los expedientes médicos que fueron enterrados con ellos en el complejo médico Al-Shifa, confirman la ejecución de personas enfermas y heridas”.
En febrero, las fuerzas israelíes atacaron uno de los centros médicos en funcionamiento más grandes del sur de la Franja de Gaza, el hospital Al-Nasser, tras varios días de bombardeos.
Después de que las fuerzas del régimen se retiraran de la ciudad de Jan Yunis en abril, los habitantes de la zona descubrieron una fosa común dentro del complejo médico Nasser, que contenía unos 400 cadáveres.
Entre los fallecidos había “personas mayores, mujeres y heridos, mientras que otros fueron encontrados con las manos atadas y despojados de sus ropas”, dijo la portavoz del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Ravina Shamdasani.
El 1 de abril, las fuerzas del régimen israelí atacaron un convoy de World Central Kitchen (WCK) y mataron a siete trabajadores humanitarios, lo que provocó una gran indignación mundial.
En su declaración posterior a la masacre, WCK dijo que viajaban en dos vehículos blindados con el logotipo de la organización benéfica y otro vehículo.
A pesar de coordinar los movimientos con el ejército israelí, el convoy fue atacado cuando salía de su almacén de Deir al-Balah, indicó en ese momento.
En un informe, el periódico israelí Haaretz, citando a fuentes militares familiarizadas, reportó que un dron israelí disparó tres misiles “uno tras otro” contra el convoy de ayuda.
El 27 de mayo, el ejército israelí llevó a cabo un atroz ataque que provocó un enorme incendio en una zona de tiendas de campaña para desplazados en Rafah, al sur de la Franja de Gaza, matando a casi 50 personas e hiriendo a otras 200.
Las imágenes de cuerpos de niños carbonizados y desmembrados provocaron conmoción e ira en todo el mundo y desencadenaron una protesta global con un hashtag viral en las redes sociales #AllEyesOnRafah.
El hashtag fue compartido más de 46 millones de veces, mientras Israel continuaba sus ataques en la parte más meridional del territorio palestino con total impunidad.
Más tarde, los detalles revelaron que el régimen utilizó una GBU-39 de fabricación estadounidense en su ataque a un campamento de tiendas de campaña en una “zona segura” designada en Rafah.
La Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA) dijo en un comunicado que las imágenes de Rafah eran otro testimonio más de que Gaza es un “infierno en la tierra”.
Tras el ataque, el Ministerio de Salud de Gaza señaló que aproximadamente la mitad de los muertos eran mujeres, niños y ancianos. En varios vídeos que se hicieron virales en las redes sociales, se podía ver a niños descalzos deambulando por las ruinas en busca de sus familiares.
Dos días después de la masacre, Israel bombardeó un campamento para desplazados en Al-Mawasi, al oeste de Rafah, matando al menos a 21 palestinos y dejando 64 heridos.
En junio, las fuerzas israelíes mataron a casi 300 palestinos, incluidos 64 niños y 57 mujeres en el campo de refugiados de Nuseirat, para liberar a cuatro cautivos israelíes. Más de 700 palestinos resultaron heridos en el ataque.
Soldados israelíes se disfrazaron de desplazados en varios camiones civiles que entraron en el mercado del campo de Nuseirat.
Un camión estaba cargado de muebles para aparentar que transportaba a desplazados, mientras que otro tenía marcas comerciales.Más soldados israelíes aterrizaron en un helicóptero en la costa de Gaza, cerca del muelle construido por Estados Unidos (Estados Unidos ha desmantelado desde entonces el muelle que ayudó al genocidio israelí).
Para sembrar el pánico y proporcionar cobertura aérea a sus soldados, las fuerzas israelíes comenzaron a bombardear el campo, atacando el concurrido mercado y matando a cientos de palestinos.
Al menos 90 palestinos murieron y más de 300 resultaron heridos el 13 de julio después de que Israel llevó a cabo una serie de ataques aéreos contra el campo de refugiados de Al-Mawasi, cerca de la ciudad de Jan Yunis, en el sur de Gaza.
El ataque de los aviones de guerra israelíes tuvo como objetivo tiendas de campaña que albergaban a palestinos desplazados y una unidad de destilación de agua en un área que fue designada como una “zona segura” por el ejército israelí.
Testigos presenciales fueron citados diciendo que el ataque con misiles fue seguido por drones cuadricópteros del régimen que abrieron fuego contra ambulancias y equipos de defensa civil cuando llegaron para rescatar a los heridos.
Casi 31 personas murieron la semana pasada en un ataque israelí contra la escuela Khadija, que alberga a palestinos en la ciudad de Deir al-Balah, en la parte central de la Franja de Gaza.
Entre las víctimas había al menos 15 niños y 8 mujeres. El ataque a la escuela Khadija también hirió a más de 100 personas.
Con casi toda la infraestructura destruida por los ataques aéreos israelíes, se vio a los heridos llegar a pie al hospital, con la ropa manchada de sangre.
HISPAN TV