17 Oct
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Aerolíneas europeas presionan a sus gobiernos para que las protejan de la competencia de aerolíneas chinas, escribe el medio 'Bloomberg'. La ventaja competitiva china se deriva en parte de la posibilidad para sobrevolar territorio ruso, cerrado a los europeos tras la respuesta de Moscú a una prohibición similar para aviones rusos en la UE, explica.

De acuerdo con el portal, la francesa Air France-KLM está ejerciendo presión al Gobierno francés para que limite el número de vuelos a Europa realizado por las compañías chinas, en un intento de proteger a las aerolíneas europeas de la "competencia desleal".Por su parte, la alemana Lufthansa también hace lobby para que Berlín asuma un "papel de liderazgo frente a Pekín".

Cabe destacar que las fuentes prefirieron permanecer en el anonimato por temor a la "cancelación de los derechos de tráfico aéreo existentes" entre Europa y la mayor economía de Asia. Los representantes de Air France-KLM y Lufthansa no respondieron a una petición de comentarios, subraya el medio.

Lufthansa ya había anunciado que reduciría el número de vuelos a China, abandonando su ruta directa diaria de Fráncfort del Meno a Pekín a partir de finales de octubre. La compañía explica esta decisión por la escasez de aviones, que le obliga a utilizar en este trayecto modelos anticuados que consumen mucho combustible, lo que hace que el vuelo no sea rentable, según el portal.

La compañía asegura que pierde hasta 550.000 dólares en cada uno de estos vuelos, mientras que las aerolíneas chinas supuestamente reciben ayudas de Pekín destinadas a potenciar su servicio aéreo.

Por su parte, las británicas British Airways y Virgin Atlantic Airways también han cancelado algunas rutas a China, y Virgin suspendió los vuelos entre Londres Heathrow y Shanghái desde octubre.

Como escribe el medio citado, tales manipulaciones indican desacuerdos entre las compañías europeas sobre la mejor manera de contener la creciente ventaja competitiva de las empresas chinas, que utilizan rutas cortas a través del espacio aéreo ruso, "ahorrando horas preciosas para los vuelos de larga distancia", y ofrecen precios de billetes mucho más bajos.

Cabe destacar, que al volar utilizando rutas más largas se pierde no solo el tiempo. Las aeronaves queman más combustible, se desgastan más, tienen una menor capacidad de carga y las tripulaciones acaban teniendo más horas de trabajo. En algunos casos, aparte de pagar las horas extra, las aerolíneas se ven obligadas a tener a miembros de tripulación adicionales a bordo, lo cual acarrea aún más costes. De tal modo, en cada vuelo estas aerolíneas gastan más y ganan menos, mientras que los pasajeros pagan más por vuelos más largos.

Las aerolíneas chinas empezaron a dominar el mercado internacional tras el final de la pandemia de COVID-19, restableciendo rápidamente el número de vuelos al extranjero, también gracias a la ayuda estatal, lo que no fue el caso de sus competidoras europeas.

Pero un golpe duro adicional para las compañías europeas vino de la decisión de la UE de cerrar sus cielos a las aerolíneas rusas para perjudicar a la economía de Rusia tras el inicio de la operación militar especial en Ucrania. Como parte de las medidas de represalia, Moscú se vio obligada a introducir restricciones similares.

A finales de agosto, el portal citó el ejemplo de cómo un billete de ida y vuelta en clase turista de Londres a Shanghái en noviembre con British Airways costaba 843 dólares, y el propio vuelo duraba más de una hora adicional que un vuelo de 682 dólares de China Eastern.




SPUTNIK




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