MOSCÚ (Sputnik) — Concebida hace 75 años como un instrumento de la hegemonía estadounidense, la Alianza Atlántica sigue fiel a su propósito, afirmó la portavoz del Ministerio de Exteriores de Rusia, María Zajárova.
"La Alianza Atlántica, en el entendimiento de los políticos de aquella época, iba a convertirse en un instrumento clave para establecer y preservar la hegemonía de Washington y sus aliados a lo largo del mundo. Y sigue siéndolo hoy en día.
Ni el fin de la Guerra Fría ni la desaparición de la URSS y la Organización del Pacto de Varsovia [OMC] han cambiado los objetivos de la Alianza", señaló Zajárova en un comentario publicado con ocasión del 75 aniversario de la firma del Tratado del Atlántico Norte.
Las intervenciones de la OTAN en los Balcanes, Afganistán, Irak y Libia han tenido, a su juicio, "un mismo resultado: países devastados y colapsados, territorios inmensos fuera de todo control por parte del Estado, pobreza, deterioro problemas humanitarios, un sinnúmero de víctimas humanas y millones de migrantes".
Deseosa de justificar su papel de garante de la seguridad de los 'mil millones de oro', la Alianza volvió a explotar la amenaza del Este y el papel de adversario lo asignó nuevamente a Rusia, defensora de un orden internacional que resulta inaceptable para Occidente, un orden basado en la multipolaridad, el derecho internacional, la igualdad y la consideración mutua de intereses.
"La Alianza ha tomado el rumbo al desmantelamiento de todo el sistema de control de armamentos, militarización de Europa y confrontación con nuestro país", señaló Zajárova.
Las iniciativas de Rusia para reducir la tensión político-militar y construir una arquitectura de seguridad equitativa e indivisible, según la portavoz de Exteriores, chocaron con un muro de silencio por parte de la Alianza cuya máxima prioridad es mantenerse a flote, objetivo que no puede alcanzar sin un enemigo externo.
"De ahí las seis oleadas de expansión del bloque, el apoyo a focos de inestabilidad y 'revoluciones de color' en el perímetro de las fronteras rusas, las campañas de desinformación a gran escala para convencer a la población del oeste y el este de Europa, así como la del espacio postsoviético, de que Rusia representa una amenaza", argumentó Zajárova.
Usando como pretexto la confrontación con Moscú, la OTAN infló los presupuestos militares, inculcó la rusofobia en la sociedad y desató la espiral de sanciones, al tiempo que continuaba con el desarrollo militar y saturaba de armas el flanco oriental de la Alianza.
El protagonismo en la contención de Rusia lo reservó a Ucrania, a la que fue transformando deliberadamente en una especie de anti-Rusia, continuó la portavoz.
La representante de Exteriores apuntó que "Washington y sus satélites llevan tres años atiborrando a Ucrania de mercenarios y armas para infligir con su ayuda 'una derrota estratégica' a Rusia y agotar sus recursos", y que "utilizan a tales efectos todos los recursos y métodos" a su disposición, sin desdeñar los actos terroristas.
"El fracaso de estos planes aventureros empuja a la Alianza hacia las acciones que podrían afectar trágicamente la seguridad no solo en Europa, sino en todo el mundo.
Occidente ya ha podido asegurarse de que Rusia está preparada para cualquier desarrollo de los acontecimientos. Nuestras capacidades de seguridad y defensa están garantizadas de forma fiable", advirtió Zajárova.