La victoria del bloque de Netanyahu y la derrota de la izquierda no sorprenden a nadie, ni siquiera influyen. Estas elecciones tienen un solo ganador: el fascismo sionista-religioso. Netanyahu pasará. Ben Gvir* también. El fascismo vino para quedarse. No es siquiera otro jugador que entra que entra al compo de juego, es una cosmovisión. Es un cambio dramático, histórico, el fascismo atravesó la puerta. En grande, pasó por 14 a 0 (el número bancas obtenidas por «Otsmá Iehudit»). Una…
