Ante el peligro y la gravedad de la situación, Gamal Abdel Nasser no se derrumbó y se mantuvo firme. No perdió la fe en su pueblo ni en la justicia de su causa. Las circunstancias eran muy difíciles y la situación no podía ser más grave. Gamal Abdel Nasser se dirigió a la mezquita de Al-Azhar en El Cairo, la base histórica del Islam en Egipto, subió a su púlpito y se dirigió a su pueblo apasionadamente desde su…
