No es sorprendente que la CIA se dedique a estructurar organizaciones antirrusas. Pero es particularmente grave que no vacile en reclutar nazis y nacionalistas integristas y en presentarlos como defensores de la libertad y la democracia. En el siglo XIX, el Imperio austro-húngaro y el Imperio alemán planeaban la destrucción de su rival, el Imperio ruso. Para alcanzar tal objetivo, sus ministerios de Exteriores emprendieron en común una operación secreta: la creación de la Liga de los Pueblos Alógenos de…
