En una estrategia de gobierno muy particular que se podría definir con la frase popular, «una de cal y otra de arena», es evidente que en lo que hace a las Relaciones Exteriores, el gobierno de Fernández ha tomado un rumbo incierto en lo que hace a las definiciones progresistas de muchos y muchas de sus votantes. Si bien de entrada apostó fuerte dando señales inequívocas con respecto a ofrecerle refugio y solidaridad a Evo Morales, perseguido por la…
