El próximo balotaje en Brasil dirime dos escenarios: la permanencia de una democracia débil, entretejida por el armado corporativo de los últimos 33 años o el fascismo dictatorial del capital, disfrazado ahora del manto de la institucionalidad de los votos. Haddad o Bolsonaro, poder popular mediado por acuerdos o la metamorfosis de los mandatos transnacionales del brazo financiero global. ¿El pueblo será capaz de ver este crítico escenario político?
