Decenas de miles de ciudadanos de todas partes del planeta, egresados de la Universidad de la Amistad de los Pueblos Patrice Lumumba de Moscú, nunca se enteraron de que, en 1992, durante el gobierno de Borís Yeltsin, profundamente anticomunista y prooccidental, el apellido del héroe y mártir de los pueblos de África, Lumumba, fue sacado del nombre oficial de la universidad. En todos lados, en todo el mundo, la seguían llamando ‘Universidad Patrice Lumumba’. Y hasta la mayoría de los rusos vecinos de la universidad, ni siquiera supieron de este cambio y seguían llamándola como antes.
Esta universidad fue inaugurada en 1960, solo 15 años después de la Gran Guerra Patria y su objetivo fue el de dar educación a los estudiantes de los países pobres de Asia, África y América Latina, para apoyar así la futura verdadera independencia de estos países, que en su lucha antiimperialista tenían que convertirse en los amigos y aliados de la Unión Soviética y del mundo socialista. La prensa occidental escribió mucho sobre los «cuadros terroristas y guerrilleros» formados en la Lumumba.

Pero en realidad este proyecto de la Universidad de la Amistad de los Pueblos era mucho más subversivo que eso: tenía que asegurar a los países colonizados por Occidente, por primera vez en su historia, sus propios especialistas técnicos, agrícolas, mineros y administrativos, para reemplazar así, a las élites extranjeras y las oligarquías nacionales en los mandos del poder que siempre requieren preparación y conocimiento.
científicos donde hablaba con mucho amor y admiración de esos pueblos. Los textos de Miklujo-Maklái también fueron parte de la formación de los niños soviéticos. «Adoctrinamiento comunista», dirían algunos.
El 23 de marzo de este año, es decir, hace muy poco, recibimos una excelente noticia: el primer ministro de Rusia, Mijaíl Mishustin, anunció que «hace pocas horas por el ministro de Ciencia y Educación fue firmada una orden para devolver a la universidad internacional el nombre de Patrice Lumumba…». También agregó que consideraba justa tal decisión.
Aunque muchos no sabían que el nombre de Lumumba fue secuestrado de la universidad hace bastante tiempo, los pocos, los más amargados y vengativos, no lo olvidábamos, y pedíamos, exigíamos y esperábamos el regreso de la memoria del héroe a su lugar.
subtítulos). Es lo suficientemente terrible, para no poder olvidarlo más y es demasiado verdadero para que fuese difundido por Netflix para las amplias capas de creyentes en el sistema.
Al hablar de África no podemos dejar de tomar en consideración por qué para los rusos la sombra del continente africano es inseparable de la imagen de su poeta más querido e importante y el creador del idioma ruso literario moderno, Alexánder Pushkin. Su bisabuelo, Abram Petrovich Gannibal, nacido en el territorio de lo que hoy es Camerún, fue prisionero del sultán turco, comprado y traído a Moscú por un mercader, como un personaje exótico. Fue adoptado por Pedro el Grande (quien se convirtió en su padrino), bautizado en la Iglesia ortodoxa, y se volvió el principal ingeniero militar del Ejército ruso, nombrado general.

Y si un niño ruso al ver el nuevo letrero de la Universidad Rusa de la Amistad de los Pueblos (RUDN) un día les preguntara a sus padres quién es este hombre con un nombre tan raro y sus padres, que seguramente son jóvenes y no tienen cómo saber, pero pueden dedicar algunos minutos para consultarlo, tal vez, de repente serán quemados por el aliento de esta reciente historia que también es de todos nosotros, y este niño (o niña) ruso crecerá acompañado por un nuevo héroe en alguna parte del sur de su corazón, y recordará que su nombre es Patrice Lumumba, conocido por muchos en América Latina como ‘Patricio Lumumba’.
RT/ Oleg Yasinsky