El apoyo de los musulmanes y las personas libres al Día Mundial de Al-Quds sirve como una guía para reclamar los territorios palestinos ocupados por Israel.
Pese a la creciente presión de los Estados Unidos contra los países islámicos, en especial la República Islámica de Irán, la comunidad islámica y libre del mundo se está preparando para celebrar el Día Mundial de Al-Quds que sirve como una muestra práctica para combatir al opresor israelí que lleva décadas ocupando las tierras palestinas y reprimiendo a los residentes autóctonos de estos territorios.
Este año, la celebración de dicho evento es diferente con respecto a los años anteriores, ya que desde hace cuatro meses el mundo entero es testigo de la pandemia del nuevo coronavirus, causante de la COVID-19. Pues la celebración del Día Mundial de Al-Quds en estas circunstancias le convertirá en un movimiento que revele los planes que están tramando el régimen de Tel Aviv y su aliado estadounidense para devorar aún más las tierras palestinas, violando así todas las declaraciones y las resoluciones de las Naciones Unidas y su Consejo de Seguridad que denuncian cualquier plan expansionista para legitimar la expropiación de las tierras de la ocupada Cisjordania y el Valle del Jordán.
Y después de que el presidente de EE.UU., Donald Trump, trasladó la embajada de su país de la ciudad de Tel Aviv a Al-Quds (Jerusalén), la celebración de las marchas del Día Mundial de Al-Quds en esta ciudad ocupada se convirtió en un reto insuperable para Israel. El ejército de ocupación se está preparando para evitar las marchas del Día Mundial de Al-Quds, y para ello ha realizado una amplia campaña de arrestos, y eso se produce mientras este régimen alega haber logrado grandes éxitos en la normalización con los Estados árabes, encabezados por Arabia Saudí.
La ciudad de Al-Quds (Jerusalén) está bajo amenaza continúa de Israel que busca judaizar esta ciudad sagrada mediante la edificación de miles de asentamientos ilegales para los colonos, llevar a cabo una limpieza étnica que ha provocado el desplazamiento de los habitantes de Jerusalén y destruir los monumentos árabes, islámicos y cristianos de la ciudad.
Sumando a estas medidas israelíes en Al-Quds, EE.UU., el aliado del régimen de Tel Aviv en la región, en especial tras la llegada al poder de Donald Trump, ha causado en Asia Occidental una escalada política y mediática sin precedentes desde la guerra impuesta de Irak a Irán (1980-1988).
Si analizamos los acuerdos de venta de armas de EE.UU. a los países árabes como Jordania, Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos(EAU), y los intentos del país norteamericano para presentar a Irán como una amenaza para ellos, y si miramos más profundo los intentos de Estados Unidos para implementar el llamado “acuerdo del siglo” y evitar que Irán y el eje de Resistencia frenen la implementación de dicho pacto, entenderemos el secreto detrás de toda esta presión y escalada política contra el país persa.
Desde el establecimiento de facto de la entidad israelí hace más de 70 años, la arrogancia mundial ha aplicado todo a su alcance para proporcionar seguridad a Israel. Además, ha desempeñado un rol relevante en establecer sistemas políticos en la región que le brinden al régimen de Tel Aviv una protección que era secreta y oculta en el pasado, pero, hoy en día, se ha hecho pública. Uno de estos sistemas políticos es el régimen de Al Saud, que finge ser islámico, pero en realidad brinda los mejores servicios a la entidad sionista y al terrorismo global.
A pesar de todas estas conspiraciones en las que Arabia Saudí estuvo involucrada, ni Israel ni sus aliados occidentales y EE.UU. pudieron borrar a Palestina y su causa de la memoria y de la conciencia de la comunidad islámica, y la causa palestina ha permanecido presente durante décadas, transmitida de generación en generación. Hasta que triunfó en Irán la Revolución Islámica bajo el liderazgo del Imam Jomeini.
Imam Jomeini unos meses después de la victoria de la Revolución Islámica designó una fecha que equivale con el último viernes del mes de Ramadán como el “Día Mundial de Al-Quds” para apoyar la causa palestina. Este anuncio estaba como una muestra práctica del famoso dicho: “sean enemigos del opresor y ayuda al oprimido”. Con su anunció el Imam Jomeini restauró el espíritu destrozado de Palestina, y convirtió su causa de su forma árabe a un asunto para todas las personas libres del mundo.
Entre los beneficios de las marchas multitudinarias del Día de Al-Quds está la continuación del espíritu de la Yihad entre las generaciones de la comunidad islámica, ya que ayuda a despertar la conciencia entre los jóvenes del mundo musulmán, para que así no se sometan a las potencias arrogantes y se fomente un sentido de unidad y solidaridad entre el mundo islámico.
En Irán y otras partes del mundo islámico y países cristianos esperan una vez las marchas multitudinarias del Día Mundial de Al-Quds, que se celebran el último viernes de Ramadán, en respuesta al llamado del difunto Imam Jomeini para defender la causa palestina y condenar los crímenes del régimen israelí. No hay duda de que tales marchas masivas destruirán y hacen fracasar los planes de Israel en los territorios palestinos.
Tal y como dijo el Líder de la Revolución Islámica de Irán, Seyed Ali Jamenei, la marcha del Día Mundial de Al-Quds acabará con los planes de EE.UU. e Israel y enterrará para siempre el acuerdo del siglo.
La celebración del Día Mundial de Al-Quds de este año coincide con las actividades culturales de los jóvenes palestinos, que están gritando en voz alta: Seguiremos el camino de los mártires, y no dejaremos a Israel judaizar la ciudad santa de Al-Quds, ya que esta ciudad merece el sacrificio en todas las formas para lograr el objetivo final que es liberar todas las tierras ocupadas de Palestina.
Fuente de origen: HispanTV