Antes de la ominosa apoteosis del premier Benjamin Netanyahu el 24 de julio ante un extasiado Congreso de Estados Unidos –que lo aplaudió 52 (sic) veces en 52 minutos en su discurso maniqueo y mendaz (https://bit.ly/4dkjKYd)–, se habían escenificado tres eventos mayúsculos:
1. Un mes antes del presunto golpe de Estado que le propinó su partido al todavía presidente en funciones Joe Biden, inquirí si “podrá detener la anunciada invasión de Israel al Líbano (https://bit.ly/3zeQ0x9)”;
2. El coronel retirado Douglas McGregor, asesor del Pentágono con Donald Trump, sentenció “no excluir la posibilidad de que Israel usaría armas nucleares tácticas (¡ mega-sic!) contra Hezbolá (https://bit.ly/4djeFPN)”; y
3. El dron yemení sobre Tel Aviv que horadó la otrora legendaria disuasión israelí (https://bit.ly/4fk0zQ3).Ninguna sorpresa del maniqueo cuan mendaz discurso de Netanyahu ante el Congreso cuando su principal objetivo radicó en exponer a Irán como el enemigo conjunto de EU e Israel (en ese orden): “Netanyahu pide en EU la cabeza de Irán, aliado de Rusia (https://bit.ly/3Sp5UvA)”.
Siempre expuse que detrás de la guerra de Israel contra Hamas en Gaza –uno de los siete frentesde Israel (ministro de Defensa Yoav Gallant, dixit)– se encuentra decapitar a Irán para posicionarse como la única potencia hegemónica de todo el Medio Oriente (https://bit.ly/4eyKyW8).
Después de acusar a Irán en forma pueril de todos los males de la Tierra habidos y por haber, Netanyahu alucinó que detrás del atentado fallido a Trump se encuentra el país persa que promueve las protestas contra el genocidio israelí en las principales universidades de EU.
Como si lo anterior fuera poco, en una masiva campaña negra de endosar a Irán todos los males de la creación, las autoridades israelíes señalaron que Irán saboteó el tren rápido francés en vísperas de los Juegos Olímpicos en París (https://bit.ly/4cPCIpP).
Ahora toda la maquinaria de la propaganda de guerra de Israel se ha lanzado contra el exorcizado Irán, mediante los poderosos multimedia globales que controla y el uso de su ya muy vista “técnica Hasbara (https://bit.ly/47LDwcr)” que con su alquimia publicitaria transforma lo blanco en negro y lo negro en blanco.
Ahora Irán tendrá que destinar gran parte de su tiempo a desmentir todas las mendacidades de Israel que son capaces hasta de endosarle su genocidio en Gaza. The Jerusalem Post puso en relieve el plan de Netanyahu ante el Congreso: “la nueva alianza regional para combatir a Irán debe ser una extensión natural de los innovadores Acuerdos Abraham (https://bit.ly/3A1vKPY)”, por lo que debe llamarse la Alianza Abraham, que es una forma medioriental de la OTAN.
Se trata de una extensión de la guerra en Gaza para toda la región: ¡Una genuina Gaza-ficación! –no confundir con gasificación–.Se detecta la proclividad de Netanyahu por los “Acuerdos Abraham(https://bit.ly/3ynCIyc)”, hoy totalmente rebasados, que dieron luz verde para anexarse las Alturas del Golán, reconocer a Jerusalén como su capital espuria y acercar a Israel con los Emiratos Árabes Unidos y Bahréin (Arabia Saudita no se incorporaría hasta que se reconozca al Estado Palestino).
Cabe recordar que el muy respetable Abraham fue un migrante iraquí: nacido en “ Ur de los caldeos”.Tomer Bar, comandante de la fuerza aérea israelí, delimita el teatro de batalla integral, después de las represalias contra los hutíes de Yemen, cuyo objetivo era también el “Medio Oriente así como Hezbolá e Irán (https://bit.ly/4c0XfXp)”, integrantes de los siete frentes. Tres días después de la propuesta de Netanyahu de gaza-ficar al Medio Oriente mediante su Alianza Abraham, apéndice de la OTAN, se escenificó un ataque con cohetes a las anexadas ilegalmente Alturas del Golán que cobró la vida de 10 colonos israelíes, que, por cierto, niega su autoría rotundamente Hezbolá (https://bit.ly/3zXdmrv).
En el plan Netanyahu para la Gaza-ficación del Medio Oriente, falta abordar el factor de las 170 (sic) bombas nucleares de Pakistán y su conectividad sunita con Turquía y quizá con Irán.
Por Alfredo Jalife