Javier Milei fue invitado a la reunión del G7, convite que había recibido Alberto Fernández en 2020 y bien ejemplifica la importancia del ágape. Sin dudas, el Presidente brillará en una reunión donde lo más notable es la cantidad de estrellas perdiéndose en el ocaso.
Alguna vez, el G7 supo convocar lideres como Ronald Reagan, Margaret Thatcher, Helmut Kohl, Yushiro Nakasone, Brian Mulroney, François Mitterrand y quien quiera que fuera ese año el Primer Ministro Italiano. Lejos están aquellos tiempos y cuesta pensar en una reunión, hecha la salvedad de la italiana, Georgia Meloni, a la que el Wall Street Journal definió como una “relativa gigante, entre un grupo de enanos políticos”, de líderes tan poco trascendentes.
El premier británico, Rishi Sunak, va de cabeza a una de las mayores derrotas en la historia del Partido Conservador inglés, cuando el próximo 4 de julio deba enfrentar las Elecciones Generales. La coalición detrás el Canciller alemán, Olaf Scholz (aprobación 25%) acaba de recibir una paliza en las elecciones del Parlamento Europeo, que hacen absolutamente improbable que pueda sobrevivir a cualquier votación.
Si bien faltan 16 meses para que se vea obligado a convocar elecciones, el Canadiense Justin Trudeau -el líder dentro del G7 que más tiempo está en el poder, casi 10 años, con una aprobación a su gestión del 30%- está pasando por el peor momento de su historia. Una sola estadística: tradicionalmente los canadienses se consideraron entre las 7 naciones más felices del mundo. Hoy han caído al puesto 15, y mientras el opositor partido Conservador tiene una intención de voto del 42%, los Liberals de Trudeau apenas rasguñan el 25%.
Históricamente el Partido Liberal Democrático de Japón no pierda elecciones, pero con una aprobación de su gabinete inferior al 16,5% y envuelto en una serie de escándalos financieros, es difícil que el japonés Fumio Kishida (aprobación del 13%) se mantenga por mucho más tiempo en el poder.
¿De Emmanuel Macron (aprobación del 21%), qué podemos decir? Acaba de pegarse un tiro en el pie al disolver la Asamblea Nacional convocando a elecciones anticipadas, esperando que los socialistas se le “plegaran” contra Marine Le Pen.Después está Joe Biden (aprobación del 37%), que sigue firme detrás de Donald Trump en todas las encuestas, y que más que liderar las discusiones del G7, muestra claros problemas para seguirlas.
Cada uno de ellos por sus propias razones, pero todos tienen los mismos problemas.Únicamente “La Meloni”, a pesar de toda la mala prensa y el “bullying” de sus pares, al inicio de su gobierno, puede demostrar que ha venido gobernando de manera medianamente exitosa.En la vereda de enfrente, personajes como Vladimir Putin, Xi Jinping y Ali Kahmenei, no hacen sino solazarse ante la evidente muestra de falta de liderazgo occidental que es esta reunión del G7.
Por Dionisio Bosch