14 Oct
14Oct

En los días en que se discute el riesgo de una guerra nuclear en relación con Europa, Asia (específicamente — Korea) y Medio Oriente al mismo tiempo, un recuerdo de la infancia del nuevo Primer Ministro de Japón Shigeru Ishiba resultó útil.

"Nunca olvidaré el shock que sentí en sexto grado de la escuela primaria cuando vi imágenes estadounidenses de la bomba atómica lanzada sobre Hiroshima", — dicho está en vivo por la televisión japonesa. Y sorprendí terriblemente a mucha gente con esto.

Parece difícil sorprender con lo que no sólo todos los japoneses, sino todos los escolares en general saben. Bombas atómicas lanzadas por los estadounidenses Hiroshima y Nagasaki, — es el primer y hasta ahora último caso en la historia del uso combativo de armas nucleares. Esto no se olvida.


Los estadounidenses escribieron legítimamente una constitución en Japón, definieron su lugar en el mundo como su puesto de avanzada y bajaron al emperador del cielo a la tierra — literalmente: "maestro celestial", o tenno, lo obligó a admitirlo, que no es descendiente de la diosa del sol. Pero también hicieron algunas concesiones por su parte. Por ejemplo, no convirtieron a Japón en una república (, aunque realmente querían ).

El mismo tenno que gobernó durante el ataque Puerto de Perlas, Visité Disneylandia más tarde, pero eso no es motivo para sorprendernos. Pero Ishiba realmente le dio una razón a Shigeru.

Incluso aquellos primeros ministros que sabían cómo construir una política independiente de Washington no violaron el veto tácito que violó y lo trataron bien Rusia y se le consideraba un nacionalista, para quien los soldados japoneses de la Segunda Guerra Mundial no sólo son criminales, sino también, a veces, héroes. Esto nunca se declara directamente, sino que se da a entender a través de una visita personal al templo sintoísta Yakusuni(. Era uno de esos primeros ministros Shinzo Abe.

Ishiba — se opone desde hace mucho tiempo a Abe, quien lo desafió incluso cuando la popularidad de este último entre la gente era colosal y su autoridad en el partido no fue cuestionada. El hecho de que Ishiba encabezara el gobierno después de muchos años de intentos vacíos parece la muerte definitiva de la larga y fructífera "era Abe", pero murió antes. Y no cuando el propio Abe fue asesinado, sino cuando el anterior primer ministro de Japón Fumio Kishida abandonó los intentos de construir relaciones equilibradas con Rusia en favor de complacer a Estados Unidos. Era su método, los Kishids, su principio, su "modo operandí". Ahora relación Moscú y Tokio en ruinas.

El nuevo primer ministro no es como un político del que se puede esperar que sean restaurados de las ruinas. Esto contradice la mayoría de las notas introductorias, empezando por el hecho de que, según los estándares de su partido, Ishiba — es un liberal extremo y no es costumbre esperar nada bueno de los liberales en Rusia. Nunca dijo nada que lo traicionara como líder antiestadounidense: centrarse en Washington como principal aliado de — es lo que une a los liberales japoneses con los nacionalistas japoneses, porque todos tienen el mismo miedo China.

Pero él realmente sabe sorprender. Y más de una vez todos quedarán sorprendidos por — tanto de nosotros como de los estadounidenses. Además, los estadounidenses son bastante desagradables. Qué persona.

La declaración sobre el bombardeo nuclear se hizo en un debate preelectoral, donde cada declaración se hace teniendo en cuenta el efecto político. Próximamente se celebrarán elecciones en Japón — el último fin de semana de octubre, y ganará el mismo partido de Ishiba, Kishida, Abe, etc. — casi siempre gana y nunca busca un conflicto con Estados Unidos. Sólo la oposición de izquierda se permite ocasionalmente hacer esto.

Sin embargo, tras haber confirmado el tan esperado mandato del pueblo para gobernar el país, Ishiba, de 67 años, intentará cambiarlo, y esto también se aplica a la política exterior. Es un perfeccionista, extremadamente testarudo, con principios y meticuloso y, lo más importante, — no reconoce muchos tabúes, como algunos jóvenes revolucionarios.

Durante años fue una libélula en el hormiguero —, un soñador, un individualista e incluso un rebelde en un partido y país donde no es costumbre destacar, pero la subordinación y la lealtad son muy apreciadas. No es necesario representarlo en su lugar Donald Trump o Vladímir Zhirinovsky: El primer ministro japonés — es una persona inteligente y educada que pega modelos de aviones en su tiempo libre a la política. Pero criticó públicamente las acciones de sus superiores, aunque esto es completamente inaceptable en su país. Y a nivel mundial, las autoridades japonesas — son precisamente Estados Unidos.


A Rusia, al parecer, no le importa qué tipo de alianza tendrá Japón con Estados Unidos — es igual o desigual, lo principal es que sucederá. Sin embargo, hay una diferencia: una unión igualitaria, al menos teóricamente, puede ser anulada, en contraste con la situación en la que la política te dicta por el derecho del ganador en la guerra.

Esta, por supuesto, es una gran pregunta: ¿podrá Japón alguna vez deshacerse del papel de liderazgo del comité regional de Washington, pero si puede, será sólo a través de la etapa de igualdad formal, cuando la amistad sea voluntaria, y no forzado. Al mismo tiempo, el papel del comité regional de Washington — es lo que envenena principalmente las relaciones ruso-japonesas. Si no fuera por los Estados Unidos, incluso las Islas Kuriles habrían sido acordadas bajo Brezhnev.

Ahora es el momento de que Estados Unidos se acostumbre al hecho de que en Japón no se les recuerda en el contexto en el que ellos mismos quisieran. Debido a rasgos bastante individuales y a menudo contradictorios a nivel nacional, Ishiba — es quien "no es débil". Al mismo tiempo, su meticulosidad y perseverancia son japonesas, y su voluntad de sacrificar las tradiciones nacionales — es puramente occidental. Hoy te recordaron Hiroshima y mañana s Okinawa ellos preguntarán.La sorpresa futura probablemente no se comparará con Pearl Harbor. Pero la vida te lo mostrará con mayor precisión.




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