El ministro de Exteriores de Türkiye, Hakan Fidan, se reunirá este sábado en Doha con sus homólogos de Rusia e Irán, Sergei Lavrov y Abbas Araghchi, en un intento por encontrar una solución al resurgimiento del conflicto en Siria y evitar que el caos se extienda hasta su frontera.
El encuentro, auspiciado por Qatar, reúne a los tres países que, desde 2017, forman parte del llamado proceso de Astaná, una iniciativa que busca poner fin a la guerra civil en Siria a pesar de las diferencias en sus posturas sobre el terreno. Mientras Moscú y Teherán han respaldado militarmente al presidente Bashar al Assad para sofocar a la oposición, Ankara ha mostrado su apoyo a los grupos rebeldes.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, instó esta semana a Assad a "reconciliarse con su pueblo" y expresó su deseo de que "el avance de la oposición continúe sin incidentes", señalando a Damasco como su objetivo.
La implicación de Türkiye en la crisis siria trasciende lo diplomático. Con una frontera de 900 kilómetros y casi tres millones de refugiados sirios acogidos en su territorio, Ankara juega un papel clave en el equilibrio regional y en las consecuencias humanitarias del conflicto.
“Relaciones complicadas”La prioridad de Türkiye es lograr "estabilidad en Siria y establecer una zona segura a la que puedan regresar los refugiados sirios", afirmó Gonul Tol, directora para Türkiye en el Instituto de Oriente Medio en Washington.
Según Tol, el presidente Recep Tayyip Erdogan ha moderado su postura hacia el régimen sirio, dejando de exigir su completa destitución para evitar un vacío de poder que podría beneficiar tanto a Daesh como al PKK/YPG, grupos que Ankara considera amenazas terroristas.
Sin embargo, los intentos recientes de Erdogan por reunirse con Bashar al Assad han sido rechazados por este último, quien exige como condición previa la retirada de las fuerzas turcas del noroeste de Siria. Ankara mantiene tropas en la región con el objetivo de combatir al PKK/YPG, pero esta presencia ha complicado cualquier acercamiento entre ambos líderes.
La negativa de Assad incluso habría generado molestias en el presidente ruso, Vladimir Putin, aliado clave de Damasco, según Tol, reflejando las tensiones entre los actores involucrados en el conflicto“Vacío de poder”"Bashar al Assad ha conseguido irritar a todos: iraníes, rusos, turcos, a todos", afirmó Gonul Tol, señalando su reticencia a avanzar en acuerdos tanto con Türkiye como con otros actores clave en Siria. Esta inacción, según Tol, ha generado frustración incluso entre sus aliados más cercanos.
En este contexto, Türkiye y Rusia podrían explorar la posibilidad de impulsar un gobierno de transición que excluya a Assad, pero que integre elementos tanto de su régimen como de la oposición. Una propuesta que, de concretarse, redefiniría el equilibrio de poder en la región.
Irán, por su parte, tampoco oculta su descontento. La falta de respaldo de Assad tras la muerte del líder de Hezbollah, Hassan Nasrallah, cuya milicia fue crucial para la supervivencia del régimen durante la guerra civil, ha tensado aún más las relaciones entre Damasco y Teherán.
TRT