04 Sep
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En las áreas bajo control de los paramilitares y, en menor medida, del ejército regular, se reportan atrocidades graves, incluidas campañas de limpieza étnica, masacres, uso de niños soldado, detenciones arbitrarias, torturas, quema de aldeas y saqueos.

Por Isabel Ginés | 4/09/2024Sudán enfrenta una crisis humanitaria sin precedentes, exacerbada por el conflicto armado entre las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) y las Fuerzas Armadas Sudanesas (SAF), iniciado en Jartum el 15 de abril de 2023 y extendido a diversas regiones del país. 

Este conflicto ha provocado la muerte y herida de decenas de miles de personas y ha obligado a más de 10 millones a abandonar sus hogares, enfrentando múltiples desplazamientos, según la ONU. Una de cada cinco personas en Sudán es ahora un desplazado, y las mujeres son una de las principales víctimas de la violencia física y sexual.

El impacto en la niñez es devastador: más de 17 millones de menores en edad escolar carecen de acceso a educación formal debido a la destrucción o cierre de escuelas, lo que agrava una de las crisis educativas más severas del mundo, según UNICEF. Unos cinco millones de niños desplazados no solo pierden acceso a la educación, sino también a un entorno seguro y a la estabilidad necesaria para su desarrollo.

La inseguridad alimentaria es alarmante, con 25 millones de personas sufriendo hambre, incluyendo 4 millones de niños menores de cinco años en riesgo de desnutrición aguda este año. Se estima que 730.000 de estos niños enfrentarán desnutrición aguda grave, una condición potencialmente mortal. Las difíciles condiciones de acceso y los constantes enfrentamientos agravan esta situación, haciendo casi imposible la distribución de ayuda humanitaria. Médicos Sin Fronteras denuncia la creciente desnutrición, exacerbada por la escasez de alimentos y los elevados precios de los productos básicos. 

A pesar de operar centros de alimentación en campos de refugiados, han atendido a más de 34,751 niños, pero sus recursos están abrumadoramente desbordados.

La entrega de ayuda humanitaria enfrenta constantes obstáculos, como bloqueos y retenciones de convoyes por parte de grupos armados, impidiendo que los suministros lleguen a las comunidades necesitadas. Además, las condiciones climáticas adversas, incluyendo inundaciones severas, han devastado infraestructuras y viviendas, dejando a millones sin acceso a la asistencia vital. 

Las inundaciones han causado la muerte de 138 personas y la destrucción de 33.000 hogares en 16 estados. La infraestructura colapsada, como el puente de Mornei, ha cortado el acceso a varias localidades, empeorando la situación.

La combinación de guerra, desplazamientos masivos y desastres naturales ha propiciado un repunte de enfermedades transmisibles como la malaria y el cólera, con más de 1.223 casos de cólera y 48 muertes reportadas en solo un mes. La falta de campañas de vacunación amenaza con brotes de enfermedades prevenibles, como el sarampión, poniendo en riesgo adicional a la infancia.

En las áreas bajo control de los paramilitares y, en menor medida, del ejército regular, se reportan atrocidades graves, incluidas campañas de limpieza étnica, masacres, uso de niños soldado, detenciones arbitrarias, torturas, quema de aldeas y saqueos. La violencia sexual se ha convertido en una herramienta común para sembrar el terror entre la población civil, afectando principalmente a mujeres y niñas, tanto locales como refugiadas. 

En Jartum y otras ciudades cercanas, Human Rights Watch documentó 262 sobrevivientes de violencia sexual entre abril de 2023 y febrero de 2024, con la mayoría de los casos atribuidos a grupos paramilitares.

La población de Sudán enfrenta violaciones generalizadas de los derechos humanos y del derecho internacional humanitario, con graves repercusiones en la vida de los civiles, especialmente mujeres y niños.

La desconexión frecuente de internet y las barreras al acceso humanitario agravan la crisis, impidiendo la distribución de ayuda vital para millones que luchan por sobrevivir sin alimentos, agua potable o servicios básicos.

Sudán está atrapado en una crisis que combina conflicto armado, desplazamientos masivos, inseguridad alimentaria y desastres naturales, creando un entorno de sufrimiento extremo para millones de personas. La magnitud de esta emergencia humanitaria exige una respuesta internacional coordinada y urgente para aliviar el sufrimiento de la población y proteger a los más vulnerables, especialmente a mujeres y niños. 

Es imperativo que la comunidad internacional intensifique sus esfuerzos para proporcionar asistencia, asegurar el acceso humanitario y trabajar hacia una resolución pacífica del conflicto, para evitar una catástrofe humanitaria aún mayor.Morirán en este año miles de niños, mujeres serán sometidas a violencia sexual y mucha gente morirá de hambre. Hay que empezar a mirar hacia Sudán.



PERIODISMO ALTERNATIVO 




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