Durante cuatro décadas, el nombre de Ismael “El Mayo” Zambada se asoció a una gran leyenda del narcotráfico en México que parecía imposible de atrapar… Hasta este jueves, cuando a sus 76 años autoridades de Estados Unidos lo arrestaron en El Paso, Texas. En la operación también detuvieron a Joaquín Guzmán López, hijo del famoso capo Joaquín “El Chapo” Guzmán, con quien Zambada fundó el Cartel de Sinaloa, uno de los más violentos y poderosos del mundo, según el Departamento de Justicia.
Zambada y Guzmán López ahora enfrentan múltiples cargos en EE.UU. "por liderar las operaciones criminales del Cártel de Sinaloa, incluidas sus letales redes de fabricación y tráfico de fentanilo", se lee en un comunicado sobre su arresto. Dos funcionarios estadounidenses dijeron a la agencia de noticias Reuters que fueron detenidos después de aterrizar en un avión privado.
Por su parte, un funcionario federal mexicano le dijo a la agencia de noticias Associated Press que Zambada y Guzmán López llegaron a EE.UU. para entregarse a las autoridades. El funcionario habló bajo condición de anonimato porque no estaba autorizado para comentar el asunto.
El “capo de capos”Zambada es uno de los traficantes más importantes en la historia de México y el Gobierno de EE.UU. había ofrecido una recompensa de hasta 15 millones de dólares por información que condujera a su captura. Por la gran cantidad de tiempo que escapó de las autoridades lo apodaron en su país como el “capo de capos”: hasta ahora nunca había pisado una cárcel.
Sin embargo, pese a sus esfuerzos por mantener un perfil bajo, Washington identificó al escurridizo Zambada desde hace años como el "líder indiscutible" del Cartel de Sinaloa tras la recaptura en 2016 del “Chapo” Guzmán, su socio, en México. A “El Chapo” lo extraditaron un año después a EE.UU. y ahora se encuentra detenido en una prisión de máxima seguridad cumpliendo una sentencia a cadena perpetua.
Luego de esta extradición, el imperio criminal de Guzmán lo heredaron cuatro de sus hijos, conocidos como “Los Chapitos”, quienes tomaron el control de su facción del cartel y se convirtieron en algunos de los mayores exportadores de fentanilo a Estados Unidos, según las autoridades. Uno de ellos es Joaquín Guzmán López, quien se encontraba con Zambada en el arresto en EE.UU.
El “Mayo” y “Los Chapitos” han tenido una relación conflictiva desde la extradición de “El Chapo”. Las detenciones de los dos traficantes pueden provocar inestabilidad o incluso violencia en México.
Zambada supuestamente se ganó la lealtad de los habitantes de su estado natal de Sinaloa y del vecino Durán gracias a su generosidad, patrocinando a los agricultores locales y distribuyendo dinero y cerveza en su lugar de nacimiento, El Álamo.
En febrero de 2023, fiscales federales de Estados Unidos acusaron a Zambada de conspiración para fabricar y distribuir fentanilo, que según la DEA es la principal causa de muerte en el país en personas de entre 18 y 45 años.
La vida criminal de Zambada
Aunque se sabe poco sobre los primeros años de vida del “Mayo”, se cree que comenzó en el mundo del narcotráfico como sicario durante la década de 1970.
A principios de la década de 1990 ya era un personaje importante del Cártel de Juárez, transportando toneladas de cocaína y marihuana. Zambada comenzó a ganarse la confianza de los narcos colombianos, alianzas que lo ayudaron a prosperar en el mundo de los cárteles, en el que los acuerdos siempre estaban en constante cambio.
Con el tiempo, se volvió tan poderoso que se separó del Cártel de Juárez, pero aun así logró mantener fuertes vínculos con la banda y evitó una guerra territorial.También desarrolló una asociación con "El Chapo" que lo llevaría a la cima del cártel de Sinaloa.
En 2010, el capo concedió una breve entrevista a la revista mexicana Proceso, que lo fotografió con una gorra y bigote espeso.En ese diálogo, se conocieron algunos datos de Zambada, como que mide cerca de 1,80 metros y comenzó a delinquir a los 16 años.
También, que en su carrera criminal sintió que el Ejército mexicano había estado cerca de capturarlo en cuatro ocasiones, y que terminar encerrado le generaba "pánico".
"Un día decido entregarme al gobierno para que me fusile. Mi caso debe ser ejemplar, un escarmiento para todos. Me fusilan y estalla la euforia. Pero al cabo de los días vamos sabiendo que nada cambió", presagió.
TRT