El Gobierno de Javier Milei analiza enviar a Ucrania los cinco aviones caza Super Étendard que mantiene sin uso desde 2019, aunque sectores vinculados a la Defensa ponen en duda esa operación. En diálogo con Sputnik, el analista Daniel Blinder afirmó que la operación "involucraría a Argentina en el conflicto", algo que "puede salir muy mal".
Los cinco aviones cazabombarderos Super Étendard que Argentina adquirió en 2019 y nunca pudo poner en vuelo podrían volver a ser problemáticos para el país sudamericano, de cumplirse la intención del Gobierno de Javier Milei de enviar las aeronaves a Ucrania para participar del conflicto en ese país.Un artículo del medio argentino Infobae fechado el 11 de junio consignó que Milei aprobó un plan diseñado por la canciller, Diana Mondino, y el ministro de Defensa, Luis Petri, para respaldar al Gobierno ucraniano en su conflicto con Rusia con el envío de los cinco aviones Super Étendard que Argentina mantiene sin utilizar.
Las aeronaves habían sido adquiridas por la administración de Mauricio Macri (2015-2019) para destinarlas a la Armada Argentina. Sin embargo, nunca llegaron a ser utilizadas debido al embargo que el Reino Unido mantiene sobre Argentina desde el final de la Guerra de Malvinas de 1982 y que impide que las aeronaves utilicen sus asientos eyectables de fabricación británica.
De acuerdo al medio argentino, Mondino y Petri intentan avanzar en una operación "secreta" que involucró contactos con el canciller francés, Stéphane Séjourné, con quien se entrevistó en París en el mes de mayo. Buenos Aires buscaría la anuencia de Francia debido a que los aviones fueron fabricados por la empresa francesa Dassault Aviation.
Asimismo, la canciller también habría tocado el tema con el consejero de Seguridad Nacional de EEUU, Jake Sullivan, cuando se reunieron en la Casa Blanca, también en mayo.
En un diálogo con Sputnik, el politólogo argentino especializado en temas de Defensa Daniel Blinder consideró que, en caso de que la posibilidad de enviar los aviones esté siendo realmente analizada en el seno del Gobierno de Milei, no provendría tanto de presiones desde Europa, sino de la propia "creatividad política y fervorosamente aliada de Occidente" del actual Gobierno argentino.
"Claramente esta posibilidad involucraría a Argentina en el conflicto, independientemente de que el Gobierno dijera que lo hizo indirectamente. No quedaría como un participante directo del conflicto pero tendría un nivel de involucramiento superior", analizó Blinder.
El experto consideró que, si bien un alineamiento de este tipo podría darle réditos a Milei en su búsqueda de una sintonía con Washington, tendría consecuencias diplomáticas para Argentina en su relación con Rusia, pero también con otras potencias aliadas como China.
En ese sentido, Blinder consideró que, al tiempo que la gestión de Milei busca un "alineamiento exagerado" con EEUU, generaría una "confrontación muy fuerte con Rusia y China que le podría salir muy mal".
"El Gobierno de Milei no va a durar eternamente y Argentina podría llegar a necesitar los vínculos comerciales, como ya sucede, con la principal potencia económica como China", apuntó.Por su parte, el analista internacional Gonzalo Fiore dijo a Sputnik que, de concretarse, la operación redundaría en "meterse en un conflicto ajeno a Argentina y en una región en la que el país no tiene ningún interés estratégico", además de interferir en las relaciones con Rusia, un país con el que Buenos Aires mantiene históricamente "buenas relaciones" y que incluso respalda el reclamo argentino de soberanía en las Islas Malvinas.
Ligado a eso, Fiore comentó que la idea solo puede entenderse dentro de la intención de Milei de "agradar" a la OTAN, una organización que apoya a Ucrania, pero que también "tiene intereses en el Atlántico Sur" y cobija la ocupación británica de las Islas Malvinas.
En esa línea, sostuvo que el plan "de ninguna manera va en línea con los intereses estratégicos argentinos".Si bien descreyó de que la operación se concrete finalmente, Fiore relacionó este tipo de intenciones a una intención de Milei de consolidar su imagen personal a nivel internacional.
"Milei está empecinado en tomar partido en conflictos internacionales, creyendo que eso lo posiciona como un líder internacional. Todo lo que hace es para reforzar esa imagen y no para llevar adelante los intereses nacionales de Argentina ", explicó.Para el experto, el presidente argentino puede ser considerado "un líder importante dentro del espectro de la extrema derecha internacional", pero eso "no es lo mismo que decir que es importante en el mundo".
Para Blinder, el presunto plan del Gobierno argentino solo cobraría algo de seriedad en caso de tener el respaldo específico de Washington. La potencia norteamericana, de hecho, ya había intentado gestionar que países latinoamericanos envíen material bélico a Ucrania, aunque esos pedidos fueron rechazados eventualmente por países como Brasil, Colombia, México y la propia Argentina durante el Gobierno de Alberto Fernández (2019-2023).
Más allá de las consecuencias geopolíticas del plan de Mondino y Petri, sectores vinculados a la Defensa argentina relativizaron la posibilidad de que los aviones puedan ser enviados al exterior. De acuerdo con el medio especializado Zona Militar, fuentes "de alto nivel" indicaron que no existe un plan para enviar los cinco aviones hacia Europa del Este. La operación, además, reduciría las capacidades de las Fuerzas Armadas argentinas, que han buscado desde hace años recuperar algo de la capacidad aérea perdida en las últimas décadas.
Blinder también relativizó la capacidad del Gobierno actual de volver a hacer operativos los cinco aviones Super Étendard y trasladarlos a Ucrania. "Dudo que este Gobierno tenga la capacidad de gestionar semejante operativo", opinó el analista.
SPUTNIK