La junta militar que llegó al poder en Burkina Faso en septiembre de 2022 con un golpe de Estado prolongará cinco años la transición a un gobierno civil, según una nueva Carta de Transición adoptada este sábado tras la celebración de un diálogo nacional.
"La duración de la transición está fijada en 60 meses a partir del 2 de julio de 2024", ha dicho el coronel Moussa Diallo, presidente del comité organizador del diálogo, que ha reunido este sábado en la capital, Uagadugú, a representantes de la sociedad civil, de las fuerzas de defensa y de seguridad y diputados del Parlamento de transición.
Sin embargo, los principales partidos políticos han boicoteado el evento. Según la nueva Carta, que es una modificación de la anterior, el presidente de la transición y líder de la junta, capitán Ibrahim Traoré, pasa a ser presidente del país.
Además, el presidente, el primer ministro y el presidente de la Asamblea Legislativa de transición podrán presentarse a las elecciones presidenciales, legislativas y municipales que deberían celebrarse al final del periodo transitorio.
Traoré, de 36 años, ha firmado la Carta de Transición tras acabar el diálogo nacional, que en un principio iba desarrollarse hasta el domingo pero ha terminado con antelación.
Burkina Faso encajó dos golpes de Estado en 2022: uno el 24 de enero dirigido por el teniente coronel Paul-Henri Sandaogo Damiba, y otro el 30 de septiembre liderado por Ibrahim Traoré.
Los golpistas adoptaron en octubre de 2022 una carta durante un primer diálogo nacional que establecía un presidente, un gobierno, una asamblea legislativa de transición y fijaba el período de transición en 21 meses.
Se suponía que esa transición terminaría el 1 de julio de 2024, pero en varias ocasiones el capitán Traoré ha subrayado la dificultad de celebrar elecciones dado el contexto de inseguridad en el país.
La toma del poder por los militares tuvo lugar en ambas ocasiones tras el descontento entre la población y el Ejército por los ataques yihadistas.
Desde 2015, varios grupos yihadistas, ligados tanto a Al Qaeda como al Estado Islámico, se han establecido en Burkina Faso, donde controlan muchas zonas y atacan constantemente a la población. Miles de personas han muerto en numerosos atentados y más de dos millones se han visto obligados a abandonar sus hogares.
RTVE