25 Jul
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Los niños palestinos sufren el impacto psicológico provocado por el genocidio. Algunas asociaciones organizan actividades para ayudarlos a afrontar las difíciles condiciones en las que viven.

Los incesantes ataques israelíes tienen un terrible impacto psicológico en los niños de Gaza y sus posibilidades de acceder a actividades de apoyo son limitadas.

Pero algunos de ellos se olvidaron por un breve momento del infierno de los ataques durante un evento organizado por la Asociación de Maestros Productivos, en la sureña ciudad de Jan Yunis, que se encuentra devastada tras nueve meses de ofensiva israelí.

En el patio de la escuela para niñas de Aqqa, los grupos de niños vistieron trajes tradicionales palestinos, cantaron canciones, bailaron, participaron en competiciones y disfrutaron de los juegos organizados.

El activista Cemal Abu Mustafa, de la Asociación de Maestros Productivos, dijo que las familias desplazadas a Jan Yunis están viviendo en condiciones muy difíciles.

Destacando los efectos negativos que tienen los desplazamientos repetidos sobre los niños, Abu Mustafa señaló que el grupo involucra a los niños en actividades para gastar su energía, les brinda asesoramiento individual y grupal e implementa programas para apoyar a las familias.

"Hemos observado un fuerte deseo entre muchos niños de participar en este evento y liberar sus energías negativas. El evento contribuyó a cambiar la tendencia de la violencia infantil", aseguró.

Las madres allí reunidas aseguran que sus temores se han multiplicado. Por ejemplo, Iman Al-Kefarne explicó que sufrió reiterados desplazamientos: desde Beit Hanoun, en el norte de Gaza, a Yabalia; después a Nuseirat, luego Rafah y finalmente a Jan Yunis. Pero ahora teme pasar por la misma situación si continúan los ataques en Jan Yunis.

"Nuestros temores crecieron, especialmente después de la masacre de Mawasi y los ataques a escuelas sin previo aviso", expresó. Los incesantes ataques en Jan Yunis, una zona que había sido designada “segura” por Israel, mataron al menos a 90 palestinos e hirieron a cientos más en las últimas semanas.

Luego, Al-Kefarne subrayó la necesidad de brindar apoyo psicológico y social a los desplazados y ayudarlos a liberar energías negativas.

También pidió ampliar el apoyo psicológico a las madres para ayudar a los niños a afrontar las difíciles condiciones de vida durante la brutal ofensiva israelí.

Cemelat el-Misri, de 11 años, quien participó en el evento, contó cómo Jan Yunis había sido objeto de ataques recientes que llevaron a la gente a huir porque tienen miedo.

“Vivimos con miedo, pero con las actividades de apoyo psicológico y social, el ambiente cambió por completo. Nos olvidamos de la guerra y del miedo y disfrutamos de las actividades divertidas”, manifestó.

El niño asegura que todavía mantiene la esperanza de que los ataques terminen pronto para que los residentes puedan regresar a sus hogares y a la escuela, y que todo vuelva a la normalidad.



TRT




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