Escándalo en el Consejo Presidencial en Haiti por el ataque racista y capilar en contra del Filósofo Wooldy Louidor, Embajador Designado en República Dominicana.
La designación de Wooldy Edson Louidor como embajador de Haití en la República Dominicana ha desatado una polémica que revela las profundas raíces del racismo y los prejuicios capilares en Haití. A pesar de ser un académico e investigador de renombre internacional, su nominación enfrenta resistencia en el Consejo Presidencial por una razón tan superficial como su cabello afro.
Louidor es un destacado filósofo y experto en migraciones con una trayectoria impecable y miembro de la Red Hemisférica por el Derechos de los Migrantes Haitianos (REDMA). Es licenciado en Filosofía y Ciencias Sociales por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO) en México, cuenta con un magíster en Filosofía Latinoamericana de la Universidad Santo Tomás en Colombia y un doctorado en Filología de la Universidad de Leipzig, Alemania. Como director de la Maestría en Estudios Críticos de las Migraciones Contemporáneas en la Universidad Javeriana de Colombia, ha realizado investigaciones cruciales sobre derechos humanos, migraciones y cultura. Su trabajo ha sido publicado en revistas científicas en varios idiomas, y ha escrito libros que abordan temas esenciales desde una perspectiva interdisciplinar.
En 2014, Louidor ganó el prestigioso premio Jean-Claude Bajeux otorgado por el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) por su investigación "El papel de la cultura en la construcción de la democracia", una reflexión sobre la democracia cultural desde Haití. Además, ha trabajado como consultor para UNICEF, investigando temas como la trata de niños y niñas en la frontera entre Haití y República Dominicana y la vulnerabilidad al VIH-Sida de los migrantes haitianos.
A lo largo de su carrera, Louidor ha contribuido significativamente al conocimiento sobre las migraciones haitianas y ha coordinado investigaciones sobre refugiados colombianos y migrantes venezolanos en América Latina. Su compromiso con los derechos humanos y su labor académica lo convierten en una figura clave para representar a Haití en el escenario internacional.
Sin embargo, su designación como embajador está siendo amenazada por prejuicios relacionados con su apariencia física. El Consejo Presidencial ha cuestionado su nombramiento debido a su cabello afro, un acto que evidencia el racismo estructural y capilar aún presente en las instituciones haitianas. Este tipo de discriminación perpetúa estereotipos coloniales que desvalorizan los rasgos afrodescendientes, ignorando la rica herencia cultural de Haití.
Haití, el primer país en lograr su independencia liderado por esclavos liberados, debería ser un ejemplo de orgullo afrodescendiente y resistencia al racismo. No obstante, este caso pone de manifiesto cómo el legado colonial sigue afectando las decisiones políticas y sociales en el país. La negativa a aceptar a Louidor como embajador por su cabello es un reflejo de las cadenas mentales que aún necesitan ser rotas.
Es esencial que la sociedad haitiana y su liderazgo político defienden la designación de Wooldy Louidor y rechacen cualquier intento de destituirlo basado en prejuicios raciales. Esta situación no solo representa una afrenta personal hacia Louidor, sino también un ataque a todos las y los haitianos que valoran y celebran su identidad afrodescendiente.
Apoyar a Louidor es un paso hacia la construcción de una Haití más inclusivo y respetuoso de su diversidad cultural. Su nombramiento como embajador no debe estar condicionado por estándares estéticos impuestos por el colonialismo, sino por sus méritos, compromiso y visión para representar al país.
La comunidad internacional también debe tomar nota de este caso y alzar la voz contra el racismo capilar en Haití. Es hora de enviar un mensaje claro: el talento, el mérito y la dedicación deben prevalecer sobre los prejuicios. La designación de Wooldy Louidor es una oportunidad para avanzar hacia una sociedad más justa, donde el racismo y la discriminación no tengan cabida.
¡Haití merece embajadores que representan su verdadero espíritu de lucha, resistencia y dignidad afrodescendiente!
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