12 Oct
12Oct

En medio de las tensiones diplomáticas entre Venezuela y España, la conmemoración del 12 de octubre en Venezuela, conocida como el Día de la Resistencia Indígena, cobra un nuevo significado en el actual contexto geopolítico.

La decisión del Parlamento venezolano de solicitar la ruptura de relaciones diplomáticas, consulares y comerciales con España ha avivado las críticas del presidente, Nicolás Maduro, hacia el Estado español, que celebra la misma fecha como el Día de la Hispanidad.

Para el mandatario venezolano, esta celebración no es más que un recordatorio del genocidio cometido contra los pueblos originarios durante la colonización, una crítica que se enmarca dentro de la narrativa de resistencia y descolonización que promueve el Gobierno bolivariano.

En una entrevista con Sputnik el exministro de Cultura y docente de la cátedra de culturas populares de la Universidad de las Artes, Fidel Barbarito, reflexiona sobre la importancia de esta fecha para Venezuela y la persistencia de las dinámicas coloniales entre América Latina y Europa.

La persistencia del colonialismo

Para Barbarito, el Día de la Hispanidad en España es una exaltación de la herencia colonial, mientras que en Venezuela, esa misma fecha se resignifica como el Día de la Resistencia Indígena, en un esfuerzo por reivindicar la lucha de los pueblos originarios contra la opresión y la violencia colonial.

"Los Estados Nación nacen en un momento en que las relaciones coloniales entran en crisis con los procesos de independencia latinoamericanos", explica Barbarito a tiempo de subrayar que, a pesar de los avances en soberanía formal, "la pretensión de dominio no cesa, seguimos siendo súbditos para la corona española".

El exministro recordó situaciones en las que, mientras se desempeñaba en funciones diplomáticas en España, la Embajada venezolana recibía comunicados en los que se refería a los ciudadanos venezolanos como "súbditos". "Cada vez que llegaba una comunicación de esa en automático, la embajada respondía que Venezuela era una República independiente y que los y las venezolanas teníamos tratamiento de ciudadanos y no de súbditos", relató. Esta anécdota, a su juicio, revela cómo en algunos sectores institucionales, aún persisten formas de subordinación que perpetúan una narrativa colonial.

El discurso de la dominación en el siglo XXI

Las tensiones diplomáticas actuales entre Venezuela y España se inscriben en una narrativa histórica más amplia que, según Barbarito, se remonta a las dinámicas coloniales de subordinación que han perdurado a lo largo de los siglos. Para el exministro, estas dinámicas no son sorprendentes, ya que forman parte de un sistema de dominación que se ha adaptado y modernizado, particularmente en el siglo XXI con la expansión de los medios de comunicación.

"Esas dinámicas persisten porque forman parte fundamental de la ética de ese ser constituido a partir de la modernidad", afirma Barbarito, citando al filósofo Enrique Dussel para destacar cómo el "yo conquisto, luego existo" sigue siendo el eje central de la expansión del poder europeo.

El auge de las corrientes fascistas en Europa y el resurgimiento de discursos coloniales, como los carteles que circulan en España en los que se califica a los colonizadores como "héroes y santos", son una manifestación de esta crisis del proyecto civilizatorio moderno. Para Barbarito, el resurgimiento del fascismo es una respuesta desesperada ante la decadencia de un sistema basado en la explotación y la dominación. "Este proyecto civilizatorio es un proyecto de muerte, no solo para la humanidad, sino para toda la vida en este planeta", señala.

El resurgimiento de estos discursos en Europa, explica Barbarito, busca minimizar y neutralizar los logros de los movimientos de resistencia en América Latina, África y otras regiones que han luchado por su independencia y autodeterminación. "Están intentando, de alguna manera, posicionar esa narrativa para neutralizar toda esa demostración de dignidad que hemos dado los pueblos latinoamericanos", añadió.

Instituciones al servicio de la colonización

En este contexto, Barbarito señala que las instituciones coloniales no han desaparecido; por el contrario, continúan jugando un papel fundamental en la perpetuación de las relaciones de dominación. Las declaraciones del director de la Academia Mexicana de la Historia que salió en defensa del rey de España ante la decisión del Gobierno mexicano de no invitarlo a la toma de posesión de Claudia Sheinbaum, son puestas por Barbarito como un ejemplo de "instituciones que siguen defendiendo y legitimando el discurso colonial".

"Tenemos una buena cantidad de instituciones que nos recuerdan permanentemente nuestra posición de provincias, de colonias, al margen de la metrópoli", afirma al referirse no solo a las instituciones religiosas o educativas, sino también a aquellas creadas para legitimar el poder colonial, como las academias de historia. Estas instituciones, según el docente, han sido diseñadas para perpetuar un discurso de dominación, ajustándolo y modernizándolo de acuerdo con las necesidades de cada época.

Venezuela en el proceso de descolonización y el caso Palestina

A pesar de estos obstáculos, Venezuela ha avanzado significativamente en su proceso de descolonización. Barbarito destacó la creación de un Instituto para la Descolonización y la publicación de numerosos libros y trabajos que han sido condecorados, por el Premio Libertador al Pensamiento Crítico.

Para el exministro, este avance no solo es teórico, sino también práctico, a través del desarrollo de las comunas como nuevos espacios de autogobierno. Sin embargo, reconoce que aún hay mucho por hacer, pero es optimista en cuanto al compromiso creciente del pueblo venezolano con esta agenda.



"Cada vez hay más gente consciente y comprometida con esta forma de pensar, de ver la vida, de entender las relaciones entre las personas y con el universo, con la naturaleza, con la vida toda", señaló Barbarito, quien también enfatizó la importancia de que el proceso de descolonización se transversalice en las políticas del Estado y en el sistema educativo.

Para Fidel Barbarito, el 12 de octubre no es un evento lejano en el tiempo. A través de su reflexión sobre el 
genocidio contra los pueblos originarios y las conexiones con el presente, señala que el caso de Palestina es un ejemplo de cómo las dinámicas coloniales siguen vigentes en el siglo XXI.

"El discurso dominante se ha encargado de 'preterizar' nuestras identidades y por tanto nuestra historia", afirma a tiempo de subrayar cómo el colonialismo moderno, ahora encarnado en proyectos como el de Israel, justifica el genocidio y la opresión como un mandato divino.

Para Barbarito, el futuro depende de la capacidad de la humanidad para aprender de estos horrores y redimirse. "
Estamos presenciando las cosas más atroces que antes se contaban y que nadie veía. Ahora las estamos presenciando en vivo", reflexiona. Sin embargo, mantiene la esperanza de que estas atrocidades generen una transformación profunda en la humanidad, una oportunidad para, como canta Alí Primera, "hacer humana la humanidad".




SPUTNIK




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