El Papa Francisco expresó su profundo dolor y condena tras los brutales atentados terroristas en Burkina Faso, que dejaron más de 200 muertos, incluidos numerosos mujeres y niños. Tras el rezo del Ángelus, el Papa denunció las «execrables» incursiones de milicias terroristas en el país africano, subrayando su solidaridad con toda la nación y enviando su pésame a las familias de las víctimas.
«Que la Virgen María ayude al querido pueblo de Burkina Faso a recobrar la paz y la seguridad», pidió el Pontífice, refiriéndose al ataque del 24 de agosto en la comuna de Barsalogho, en el que cientos de personas, entre ellas mujeres y niños, fueron asesinadas y muchas más resultaron heridas.
El 24 y 25 de agosto, Burkina Faso sufrió dos de los atentados más mortales de su historia reciente. En el más sangriento, ocurrido en Barsalogho, un grupo de más de 100 terroristas, montados en motocicletas y armados con rifles automáticos, irrumpió en la ciudad, matando a cerca de 200 personas y dejando a 140 heridos. Entre las víctimas se encontraban mujeres, niños y ancianos, y al menos 22 de los fallecidos eran cristianos, según la organización Ayuda a la Iglesia Necesitada.
Este ataque fue seguido por otro el 25 de agosto, en el que milicianos islamistas atacaron la aldea de Sanaba, en la diócesis de Nouna, en el oeste del país.
Según informes de AIS, (Ayuda a la Iglesia que sufre), los terroristas rodearon a la comunidad, capturando y atando a todos los hombres mayores de 12 años que fueran considerados contrarios al terrorismo.
Luego, condujeron a 26 de ellos, algunos de ellos católicos, a una iglesia protestante cercana, donde fueron brutalmente degollados.
La violencia en Burkina Faso ha aumentado significativamente durante agosto, con varios atentados en distintas regiones del país. El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, también condenó los ataques, expresando su solidaridad con las autoridades de Burkina Faso y pidiendo que los responsables sean llevados ante la justicia.
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