28 Aug
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El ministro israelí Itamar Ben-Gvir, escaló la situación en Oriente Medio al llamar a construir una sinagoga en la mezquita de Al-Aqsa. Palestina denuncia que busca arrastrar la región a una guerra.

Un intento por arrastrar a Oriente Medio “a una guerra religiosa que acabará con todo”: así denunció Palestina los incendiarios comentarios del ministro de Seguridad Nacional de Israel, Ben Gvir, quien llamó a construir una sinagoga dentro de la mezquita de Al-Aqsa en Jerusalén Este ocupada.

"El pueblo palestino no aceptará ningún daño a la mezquita de Al-Aqsa, que es una línea roja que no se puede cruzar bajo ninguna circunstancia", advirtió el portavoz de la Autoridad Palestina, Nabil Abu Rudeineh, en un comunicado que difundió la agencia de noticias oficial Wafa.

Y luego añadió: "Estos llamados a modificar el estatuto de la mezquita de Al-Aqsa son intentos por arrastrar a la región a una guerra religiosa que acabará con todo". 

En esa línea, Abu Rudeineh instó a la comunidad internacional, especialmente a Estados Unidos, a intervenir de inmediato "para frenar al gobierno israelí de extrema derecha y obligarlo a adherirse al estatuto jurídico e histórico vigente del lugar sagrado".

Por su parte, el Ministerio de Asuntos Exteriores palestino advirtió sobre las graves consecuencias de las declaraciones de Ben-Gvir. "Se trata de un llamado explícito y público a demoler Al-Aqsa, y a construir el supuesto templo en su lugar”, afirmó en un comunicado.

En esa línea, responsabilizó plenamente al Gobierno de Israel por las consecuencias que pueda tener la incitación de Ben-Gvir. Entre ellas, empujar a Medio Oriente a una espiral de violencia difícil de controlar.

La importancia de la mezquita de Al-Aqsa

La mezquita de Al-Aqsa es el tercer lugar más sagrado del Islam, después de las mezquitas de Meca y Medina.

Los judíos y otros no musulmanes pueden visitar el complejo, pero no pueden rezar allí ni exhibir símbolos religiosos, en virtud del status quo que se mantiene desde hace décadas.

Este status quo se debe a que Israel ocupó Jerusalén Este, donde se encuentra Al-Aqsa, durante la guerra árabe-israelí de 1967. Pero esta ocupación no es legítima ni está reconocida por la comunidad internacional, por lo que Israel no tiene legitimidad para gobernar allí. Débido a esto, la mezquita de Al Aqsa está bajo jurisdicción de Jordania, aunque el control de facto lo tiene Israel.

"La política en el Monte del Templo permite rezar allí. Punto", dijo Ben-Gvir a un entrevistador de la Radio del Ejército. “Hay igualdad de derechos para judíos y musulmanes. Yo construiría una sinagoga allí”, dijo Ben-Gvir. También mencionó que “los musulmanes pueden rezar y los judíos no”. Cuando se le preguntó si instalaría una sinagoga en el lugar si pudiera, respondió "Sí, sí".

Esta fue la primera vez que el ministro israelí habló abiertamente sobre la construcción de una sinagoga dentro de la mezquita Al-Aqsa. Sin embargo, en los últimos meses ha pedido repetidamente que se permitan las oraciones judías en el lugar. El pedido, además, ocurre en medio de repetidas incursiones en el complejo por parte de colonos israelíes ilegales, a la vista de la policía, que está bajo la responsabilidad de Ben-Gvir.

Desde Israel señalan de “terrorista” a Ben-Gvir

El periódico israelí Haaretz escribió en su editorial de este martes que el polémico ministro “apoya a los terroristas judíos”.

“No nos engañemos: los terroristas judíos son el ala militar de la organización a la que pertenece Ben-Gvir y cuyos intereses representa como ministro del gabinete. Ben-Gvir sirve en el Gobierno, pero sigue siendo leal a una idea más grande. Y en una elección entre su lealtad al estado y su lealtad a una Gran Tierra de Israel kahanista, elegirá esta última”, añadió.

Por su parte, el ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant, calificó las declaraciones de Ben-Gvir como un "acto peligroso, innecesario e irresponsable". A punto que ponen en peligro “la seguridad nacional” de Israel.

"Las acciones de Ben-Gvir ponen en peligro la seguridad nacional del Estado de Israel y su estatus internacional", advirtió en X.

En respuesta a Gallant, Ben-Gvir afirmó que el ministro de Defensa “se inclina ante Hamás y arrastra al Estado de Israel a un acuerdo ilegal”. Se refería a los esfuerzos para alcanzar un alto el fuego en Gaza e intercambio de prisioneros con los palestinos. “Gallant elige continuar la política destructiva de la concepción derrotista también contra Hezbollah en el norte”, dijo.

A eso se suma que el líder de la oposición Yair Lapid dijo que el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, era incapaz de controlar a su Gobierno. “Toda la región ve la debilidad de Netanyahu frente a Ben-Gvir”, dijo en X. “Es incapaz de controlar al Gobierno incluso cuando se trata de un claro intento de socavar nuestra seguridad nacional. No hay política, ni estrategia, ni realmente gobierno”, añadió.

Türkiye: Declaración de Ben-Gvir “ataca a todos los musulmanes”

Las declaraciones de Ben-Gvir sobre la construcción de una sinagoga en la mezquita de Al-Aqsa son una declaración vil “que ataca a todos los musulmanes y a la humanidad", dijo Omer Celik, portavoz del Partido AK en X.

Al referirse a la mezquita de Al-Aqsa como "nuestro valor sagrado, la niña de nuestros ojos y nuestra línea roja", Celik dijo que "los miembros del círculoi de Netanyahu también son enemigos de las mezquitas y las iglesias".

"Este círculo es responsable de provocaciones diarias destinadas a socavar la paz regional", agregó. "Se trata de un círculo de genocidio y masacres que está tratando de arrastrar a toda la región a guerras religiosas para salvarse de rendir cuentas ante la ley", dijo Celik, instando a la comunidad mundial a adoptar una postura "clara" contra los miembros del gobierno de Netanyahu "que se involucran en una retórica provocadora sobre el estatus de la mezquita de Al-Aqsa".

“Altamente contraproducente”

La ONU también denunció los comentarios, diciendo que eran "altamente contraproducentes". "Este tipo de declaraciones son altamente contraproducentes, por decir lo menos. Corren el riesgo de intensificar una situación que ya está completamente al límite", dijo el portavoz de la ONU, Stephane Dujarric, a los periodistas en una conferencia de prensa.

Destacando la sensibilidad que rodea el estatus de los lugares sagrados en Jerusalén, Dujarric dijo que "hay un status quo acordado por las partes para los lugares sagrados en Jerusalén que debe ser respetado por todos".

La advertencia de EE.UU., gran aliado de Israel

Estados Unidos, el mayor aliado de Israel, también criticó las declaraciones, al señalar que estas "provocaciones sólo exacerban las tensiones".

"Las provocaciones sólo exacerban las tensiones en un momento delicado en el que toda la atención debería centrarse en los esfuerzos diplomáticos actuales para lograr un acuerdo de alto el fuego y asegurar la liberación de todos los rehenes y crear las condiciones para una estabilidad regional más amplia", dijo un portavoz del Departamento de Estado a la agencia de noticias Anadolu.

"Estados Unidos reafirma su compromiso con la preservación del status quo histórico y seguirá oponiéndose a las medidas unilaterales que son contraproducentes para lograr la paz y la estabilidad y socavan la seguridad de Israel", añadió el portavoz.

Oriente Medio rechaza las declaraciones

En un comunicado, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Qatar dijo que el llamado de Ben-Gvir representaba "una extensión de los intentos de cambiar el estatus histórico y legal de la mezquita Al-Aqsa". También advirtió sobre el impacto de las provocadoras declaraciones del ministro "en los esfuerzos en curso para alcanzar un acuerdo de alto el fuego en Gaza".

Por su parte, Egipto dijo que Israel es legalmente responsable de adherirse al status quo en la mezquita Al-Aqsa y preservar las santidades islámicas y cristianas. En un comunicado, el Ministerio de Exteriore también exigió que Tel Aviv cumpla con sus obligaciones como potencia ocupante y "detenga tales declaraciones provocadoras destinadas a una mayor escalada y tensión en la región".

En la misma línea, Jordania calificó la declaración de Ben Gvir como "una violación del derecho internacional y una provocación inaceptable que requiere una posición internacional clara que la condene". El comunicado de su Ministerio de Relaciones Exteriores añadió que la declaración de Ben-Gvir "alimenta el extremismo y trata de cambiar el status quo histórico y legal en Jerusalén y sus lugares sagrados mediante la imposición de nuevos hechos y prácticas impulsados por una narrativa excluyente e intolerante".

Israel ha enfrentado la condena internacional por su brutal ofensiva en Gaza que ha matado a más de 40.400 personas desde el 7 de octubre de 2023, a pesar de una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que exige un alto el fuego inmediato.

El bloqueo permanente de Gaza ha provocado una grave escasez de alimentos, agua potable y medicinas, dejando gran parte de la región en ruinas.

Tel Aviv enfrenta a acusaciones de genocidio en la Corte Internacional de Justicia, que ha ordenado el cese de las operaciones militares en la ciudad de Rafah, en el sur de Gaza, donde más de un millón de palestinos habían buscado refugio antes de que la zona fuera invadida el 6 de mayo.



TRT




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