Por Juan José Salinas, Pájaro Rojo.
Tengo abandonado el Caso Nisman porque estoy obsesionado con el El Caso Maldonado, ya que entiendo que si no le ponemos el pecho y obligamos a reconocer la verdad incontrovertible de que se lo llevó la Gendarmería, iniciaremos una nueva época en la que las desapariciones y asesinatos se naturalizaran, volviéndose habituales.
Sin embargo, viendo la tele, veo que, abatida cualquier pretensión de seriedad acerca de la impericia de la Gendarmería sobre las circunstancias en las que habría muerto el fiscal Nisman… casi todo parece centrarse en si el tabique nasal del malogrado fiscal estaba roto o no. Conociendo los hábitos nocturnos del occiso y la ketamina que aspiró (no se detectaron en su autopsia rastros de inyecciones), al parecer no ese día (estaba metabolizada en el hígado pero no presente en la sangre) sino en los precedentes, y conociendo los hábitos nocturnos discotequeros del fiscal, no pudimos dejar de acordarnos de este tema de Los Redonditos de Ricota:
https://www.ouvirmusica.com.br/patricio-rey-y-sus-redonditos-de-ricota/128907/
Le hizo ¡crack! el hueso al final / ¡qué ruido! ¡crack! hasta astillar…

La pericia de Gendarmería tiene ribetes cómicos hasta el punto de que la red está llena de chistes.Si trece médicos forenses y la Policía Federal habían coincidido que no había absolutamente ningún indicio de que hubiera habido ninguna otra persona dentro del baño cuando se produjo la detonación fatal, ahora los gendarmes dicen que hubo no una sino dos personas que asesinaron a Nisman. Como el cadaver quedó trabando la puerta y por la pequeña hendija que se podía abrir sin mover la cabeza chorreante de Nisman y dejar rastros, lo único cabe colegir es que los asesinos se fueron o bien por el ducto de ventilación… o por el desagüe, ya sea de la rejilla o del inodoro.
La pericia de Gendarmería sostiene que en todo el departamento de Nisman no había más huellas que las suyas, y deduce de ello que los asesinos procedieron a un borrado exhaustivo. Ello, además de no ser cierto (aquellas pericias iniciales identificaron entre otras las huellas de la madre de Nisman, las de Lagomarsino y las de la empleada doméstica) es ridículo, porque borrar todas las huellas en todo el departamento les hubiera insumido a los asesinos mucho tiempo, acaso más de una hora, con el consiguiente aumento del riesgo de ser descubiertos.
* Pero lo más absurdo es que los gendarmes no hicieron la pericia en el baño en que murió Nisman (el departamento está alquilado) sino dentro de un cubículo que armaron en el Edificio Centinela (y que yo sepa, que jamás enseñaron a la prensa). Que hayan aparecido huellas de Nisman allí no puede calificarse más que de… ¡UN AUTÉNTICO MILAGRO!
* La pericia de Gendarmería NO explica como los dos supuestos asesinos (miembros de “un comando mixto iraní-venezolano entrenado en Cuba· como escribió Eduardo Van Der Kooy y ratificó Carrió) pudieron salir del edificio sin ser registrados por las cámaras que, viene a cuento decir, son de una empresa de la que es socio Gustavo Arribas.
* También viene a cuento recordar que si el ministro Garavano acaba de darle pábulo a las demenciales declaraciones de Elisa Carrió sobre que “El gobierno de Cristina mató a Nisman” alegando que Carrió tiene crédico porque muchas veces sus dichos y vaticinios son “certeros”, en su momento Carrió dijo que los jefes del killer (todavía era uno solo) fueron dos iraníes que llegaron con él en el Buquebús desde Uruguay y pemanecieron embarcados hasta que la nave emprendió el regreso a la Banda Oriental sin pisar tierra argentina… lo que se demostró era un bolazo monumental no sólo porque los pasajeros no pueden permanecer abordo sino porque tampoco había pasajeros persas ni siquiera árabes.
* Hasta Edi Zunino y Gerardo Young, que son furibundos antiperonistas tienen claro que todo esto es una pavada. Y la cobertura de Pàgina/12, hecha por Tuni Kollmann (a quien no me canso de criticar por su cobertura de la causa AMIA), Irina Hauser y a veces por Adriana Meyer, es impecable e irrebatible.
*Se habla de Nisman para mantener a Cristina en la picota (que se la acuse de “traición a la patria” por un intento que refrendó el Congreso y que se omita que Nisman cobraba mucho dinero para direccionar su diz que “investigación” hacia los iraníes es un absurdo escandaloso en el que el abyecto fiscal Germán Moldes se lleva las palmas) y para desviar la atención del caso Maldonado y la vergüenza de casi dos meses de encubrimiento total y absoluto sobre la cadena de mandos Macri-Bullrich-Noceti-Scola-desaparecedores de Santiago (puedo olvidarme de algún eslabón). Algo que estuvo claro desde un principio desde que los mapuches del Pu Lof en Resistencia de Cushamen lo denunciaron aquel mismo infausto 1º de agosto: que al “Brujo”, a “Santiago Peloso” (Maldonado utilizaba el apellido de su madre, posiblemente por seguridad) se lo llevó Gendarmería.