Desde que Mauricio Macri asumió la Presidencia, muere una persona cada 21 horas por violencia estatal. Hasta febrero de 2019 se contaban 1303 personas muertas a manos de las distintas fuerzas de seguridad. Se trata de la época con mayor violencia institucional desde la vuelta a la democracia en 1983. La Coordinadora Contra la Represión Policial e Institucional (Correpi), organización con décadas de trabajo sobre este tema, lleva el registro de cada uno de los casos, y llamó la atención sobre la creciente violencia estatal y los altos grados de impunidad que se manejan en cada uno de estos casos.
El gatillo fácil es una de las principales causas de estas muertes. Se trata de policías que disparan a quemarropa a quienes ellos consideran sospecho, sin mediar el procedimiento indicado por las propias reglas de las fuerzas de seguridad. El caso del policía Luis Chocobar, que disparó por la espalda a un chico, de 18 años, que había cometido un delito, fue emblemático de la política en esta materia del Gobierno de Macri. No solo el agente Chocobar no fue juzgado, sino que fue recibido en la Casa Rosada (sede de la Presidencia argentina) por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y por el presidente Mauricio Macri para felicitarlo y reconocer su labor.
Este hecho generó un incremento en los casos de gatillo fácil, al abrir a puerta a esta práctica. Los acuerdos en materia de seguridad firmados por Bullrich con las fuerzas de seguridad estadounidenses e israelíes dejan al descubierto la orientación de la política del actual Gobierno en estas materias.
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Fuente de origen: HispanTV