El gobernador de Okinawa (sur de Japón) avisa que si EEUU sigue operando en una base militar en esta ciudad, podría enfrentar movilizaciones en su contra.
“Si EEUU continúa utilizando su MCAS (Estación Aérea del Cuerpo de Marines) de Futenma en la prefectura de Okinawa, pueden ocurrir protestas o incluso a un movimiento general como el que se vio en el pasado”, afirmó el gobernador de Okinawa, Denny Tamaki, en una carta recientemente enviada a los funcionarios estadounidenses.
Si eso sucede, agrega Tamaki, esas movilizaciones tendrían un impacto significativo en los acuerdos de seguridad firmada entre Japón y EEUU, así como sobre la alianza de ambos países en las actividades en la base aérea de Kadena y la Instalación Naval de Playa Blanca, ambos ubicados en Okinawa.
En otra parte de su carta, el gobernador de Okinawa subrayó que todas las actividades aéreas de EEUU deben detenerse por completo en la isla, ya que con las “recientes amenazas de China y Corea del Norte” es probable que las fuerzas de EEUU sean atacadas por los Ejércitos de estos dos países.
La isla de Okinawa, ocupada por Estados Unidos después de la Segunda Guerra Mundial y entregada a Japón en 1972, es considerada la base militar más estratégica del país norteamericano en Asia, especialmente por su cercanía al mar de la China Meridional.