Tumbas simuladas, inventadas y plantadas por la ocupación israelí en diferentes zonas de la ciudad de Jerusalén ocupada, para justificar nuevas confiscaciones. Los propios lideres israelíes decían que Israel es una Sociedad de Ladrones, pero llegar a este nivel de maniobras para apropiarse de lo ajeno es realmente inaudito.
Israel es una Sociedad de Ladrones, afirmaban los propios lideres israelíes. Los historiadores israelíes, en múltiples investigaciones y trabajos de recolección de antecedentes históricos, indican que el saqueo sirvió a un propósito nacional: completar rápidamente la limpieza étnica de la mayor parte del país de sus habitantes árabes, y asegurarse de que unos 800.000 palestinos expulsados nunca volverán a sus hogares.
El mismo fundador del estado sionista David Ben-Gurion decía que “la mayoría de los judíos son ladrones”.
En el diario israelí Haaretz, la reseña del periodista y escritor israelí Ofer Aderet sobre el libro del historiador israelí Adam Raz se titulaba: “Soldados y civiles judíos saquearon en masa las propiedades de sus vecinos árabes en el 48”. “Las autoridades hicieron la vista gorda”.
Otro escritor principal de Haaretz, Gideon Levy, comentó que las palabras “la mayoría de los judíos son ladrones”, “no fueron pronunciadas por un líder antisemita, un odiador de judíos o un neo-nazi, sino por el mismísimo David Ben-Gurion fundador del Estado de Israel, dos meses después de su fundación”.
Para continuar con el robo y apropiarse de los ajeno, la creatividad israelí no tiene límites. Ahora, en la localidad de Silwan, al sur de la Mezquita de Al-Aqsa, donde se plantan tumbas simuladas desde los años setenta, es decir pocos años después de la ocupación, su superficie ha ido aumentando y ampliándose con el paso del tiempo, actualmente se distribuyen en varias zonas como los barrios de Wadi Hilweh, Wadi Rababa, la meseta de Silwan, Al-Harah Al-Wusta y Al-Saloudha.
En los últimos meses, las autoridades de la ocupación comenzaron a convertir un terreno que se utilizaba como estacionamiento para vehículos en un supuesto cementerio mediante la colocación de “tumbas simuladas” y falsas lápidas y estructuras mortuorias para convertir este terreno en un aparente cementerio judío y bajo este argumento se limitan los accesos a este “camposanto”. En la actualidad se llevan a cabo trabajos de excavaciones, nivelación de tierras, colocación de tierra roja la colocación de enormes piedras en el lugar de manera contigua y paralela para que parezcan “cementerios”. Además de colgar un cartel en árabe y en hebreo con el nombre del cementerio, y amenazar con multas en caso de “tirar basura en el sitio”.
Esta “ingeniosa creatividad” de plantar tumbas falsas en las tierras palestinas es un nuevo método utilizado por las organizaciones de los colonos y de los asentamientos israelíes para confiscar y apoderarse de mayores superficies de tierras y propiedades palestinas en Jerusalén ocupada, específicamente en la localidad de Silwan.
Las autoridades de la ocupación intentan, mediante la colocación de tumbas falsas, simular la existencia de un cementerio judío en el sitio con valor histórico y una antigua presencia judía en el sector.
Mientras tanto, los cementerios cristianos y musulmanes y otras propiedades del sector son expropiados y destruidos bajo el argumento de la necesidad de ampliar áreas verdes, trazados de caminos y carreteras y espacios de uso público, que “curiosamente” siempre pasan por las propiedades palestinas.
Fuente: Corresponsal de PalestinaLibre.org en Jerusalén ocupada
Fotos y Video de la Agencia Maan