El poder judicial determinó el fin del mandato del presidente Moïse que venció este 7 de febrero. Sin embargo, el mandatario dice que le queda un año de gobierno y que no piensa irse. Continúan las protestas y la represión.

Hace semanas que la crisis política estalló en Haití. Múltiples sectores de la sociedad exigen que el presidente Jovenel Moïse deje su cargo. Esto debería haber sucedido el 7 de febrero último. Pero el mandatario dice que le queda un año más de Gobierno porque juramentó en 2017 y los mandatos presidenciales en la isla duran 5 años.
Sin embargo, Moïse debería haber asumido en 2016 y esto no sucedió porque las elecciones de 2015 fueron denunciadas por fraude e irregularidades, lo que llevó a repetir los comicios en 2016. En ese lapso hubo un gobierno de transición. Lo que argumentan desde la oposición y varios sectores sociales, amparándose en lo que establece la Constitución, es que ese mandato de transición cuenta como adelanto del periodo presidencial por lo que Moïse debería haber dejado el poder el domingo pasado.
No obstante, el mandatario decidió aferrarse al cargo y prolongar su estadía al menos un año más. Para eso llevó adelante una serie de medidas como una nueva constitución que está impulsando y la creación de un Consejo Electoral Provisional elegido a dedo para realizar futuras elecciones.
De manera ilegal y anticonstitucional, Moïse pretende “cambiar la Constitución del país para construir una concesión que le permita restaurar el régimen autoritario y dictatorial, donde neutralice o elimine todas las capacidades de control del poder Ejecutivo”, denunció Camille Chalmers, intelectual y dirigente social haitiano.
A pesar de las manifestaciones que exigen su salida, Moïse cuenta con el apoyo de las Fuerzas Armadas, el Secretario General de la OEA y los Estados Unidos.
Por el momento varios partidos y organizaciones de la oposición de Haití nombraron este lunes al juez Joseph Mécène Jean-Louis “presidente de la transición”, al considerar que el domingo finalizó el mandato del actual gobernante, Jovenel Moïse. Jean-Louis, magistrado de 72 años y miembro del Tribunal de Casación desde 2011, grabó un video en el que dijo que acepta “la elección de la oposición y de la sociedad civil para poder servir al país”.
Mientras, la represión a opositores continúa y Moïse habla de “golpe de Estado” y de un complot para matarlo. Hasta donde trascendió hubo 20 arrestos.
En este marco, la policía le disparó en el estómago a un periodista en medio de una represión a manifestantes opositores.
¿Cómo fue el gobierno de Moïse?
Desde que asumió el gobierno en 2017, Jovenel Moïse enfrentó numerosas manifestaciones y protestas populares masivas por la situación económica y las denuncias de corrupción en su contra. Los niveles de movilización no se veían desde la dictadura de Baby Doc Duvalier en la década del 80. Desde mediados de septiembre de 2019 la isla se encuentra en un estado de insurrección popular permanente ante la crisis socioeconómica que padece.
Gobierna por decreto desde enero del 2020, momento en que decidió cerrar el parlamento, y avanzar en políticas represivas. Representa un alfil en la geopolítica estadounidense en el Caribe y durante su mandato protagonizó el caso de corrupción más grande de la historia haitiana relacionado con el manejo doloso de los fondos del programa Petrocaribe lanzado en 2005 por el ex presidente de Venezuela, Hugo Chávez, para ayudar a otros países en el suministro de petróleo a precios blandos y financiar proyectos de infraestructura social y energética.
Sobreprecios, sub ejecuciones, contratos yuxtapuestos, obras fantasmales, liquidación precoz de fondos, evasión fiscal y nepotismo son algunas de las denuncias que involucran al presidente de forma directa a través de empresas de su propiedad, como Agritrans.
Uno de los detonantes de la crisis hace dos años fue la falta de combustibles que provocó a su vez el aumento de su precio, la proliferación del contrabando y la paralización de los transportes. Este desabastecimiento tuvo dos causas: la retención por parte del gobierno de Moise que, para cumplir con el programa del Fondo Monetario Internacional (FMI), pretendía quitarle los subsidios; y el bloqueo que EE.UU. ejerce sobre Venezuela que no permite la llegada a la isla de naftas y diésel más barato proveniente del pacto Petrocaribe.