Corea: una paz necesaria para consolidar la unidad de la nación

El jueves 25 de abril, en Vladivostok, Rusia, se realizó una Cumbre entre el Presidente Vladimir Putin y el Máximo Dirigente de la República Popular Democrática de Corea (RPDC), Kim Jong Un. Según la prensa, ambos líderes se reunieron para acordar futuras relaciones económicas, políticas, diplomáticas y departir sobre la Reunificación de ambas Coreas y en cuanto a las relaciones de la RPDC con EE.UU..

Como se informó, en la última reunión entre el presidente Trump y Kim Jong Un, llevada a cabo en febrero en Vietnam, no se llegó a ningún acuerdo, por cuanto la intransigencia de EE.UU. en relación con no levantar las sanciones a la RPDC  y extorsionarla  con la llamada ‘desnuclearización’ de la península frustró las expectativas de la nación asiática.

El encuentro de Putin con Kim Jong Un, contrariamente, fue ‘fructífero y amistoso’.  A su término Kim declaró que, en la Cumbre de Hanoi, el país del norte de América tuvo una  actitud  ‘de mala fe’ y agregó que ‘la paz y la seguridad en la península coreana dependerán por completo de la “actitud” futura de Washington’. (hispantv.com, 26 de abril)

Así las cosas, dos días después de la Cumbre entre los máximos dirigentes ruso y coreano la Agencia de Noticias de la RPDC informó : ‘Como ya es conocido, EE.UU. y el círculo militar surcoreano libraron en marzo pasado los ejercicios bélicos «Tongmaeng (Alianza) 19-1» en lugar de Key Resolve. Como si eso fuera poco, pretenden desarrollar en agosto el «Tongmaeng 19-2», versión renombrada de Ulji Freedom Guardian. Tales actos provocadores infringen brutalmente los acuerdos de las históricas Cumbres Norte-Sur y RPDC-EE.UU. y contravienen al ambiente pacífico preparado a duras penas en la Península Coreana.’ (kcna.kp, 27 de abril).

Y agregó que, a contramano de las declaraciones de EE.UU., apoyadas por Surcorea, de que cesarían los ejercicios militares contra la RPDC, los mismos se siguen llevando a cabo. ‘Sería una gran equivocación, si ellas piensan que podrían ocultar el carácter provocativo y agresivo de los ejercicios militares con el cambio de su nombre y la «reducción» de su dimensión. La sociedad internacional opina unánimemente que se hará más fuerte la disposición militar de EE.UU. y el Sur de Corea, pese a la reducción de dimensión.’

El clima de confrontación parece proseguir, a pesar de sonrisas y llamadas a la conciliación, incluida la del Papa.

El mismo 26 de abril el primer ministro japonés Abe visitó a Trump en la Casa Blanca. Aunque se dijo que la reunión fue para reforzar lazos comerciales y de todo tipo, ‘funcionarios japoneses señalaron que Abe intentará reforzar la posición (en cuanto a la RPDC) de figuras de línea dura de la administración Trump como el asesor de Seguridad Nacional, John Bolton, para quienes el mandatario debería mantenerse firme en los castigos’. (Prensa Latina, 26 de abril).

Intereses varios confrontan en la región. Y el gobierno surcoreano se debate entre sellar definitivamente la paz con la RPDC y seguir bajo los influjos de Washington.

Hace poco menos de un año, se informó que la empresa KOGAS, de Corea del Sur, había considerado, a través de su director general, Sung –Il Chang, construir un gasoducto desde Rusia que pasaría por la RPDC y llevaría el fluido a ambas Coreas, contribuyendo de esa manera a la pacificación e integración. Se informó en ese momento que el vicepresidente de GAZPROM, Vitali Markelov, había reanudado conversaciones con los sudcoreanos en relación a este tema. Pero debían cumplirse, para llegar a un entendimiento, dos condiciones: la desnuclearización de la Península y el levantamiento de las sanciones internacionales a la RPDC. (Sputnik, 27 de junio del 2018).

El proyecto, iniciado en el 2011, comenzó con la firma de una hoja de ruta, que daba cuenta de que el suministro de gas ruso a Corea del Sur se llevaría a cabo a través de un gasoducto de 1.100 kilómetros- de los cuales 700 se adentrarían en territorio norcoreano- que insumiría un monto de u$s 2.500 millones. Sin embargo, el boicot al proyecto por parte de EE.UU. y el gobierno pronorteamericano de Corea del Sur que sucedió al anterior dio por finalizado el emprendimiento.

Los nuevos aires reconciliatorios que corrieron por Corea del Sur a la llegada de Moon Jae-in al gobierno en el 2017, dieron nueva dimensión al emprendimiento. Pero EE.UU. no dio el visto bueno al mismo. Y es que la volatilidad de sus posiciones en cuanto a dialogar con la RPDC se homologan con el gas que se consume en Corea del Sur.

El gas licuado utilizado en Corea del Sur cuesta un 30/40% más que el natural. Siendo el segundo país en el mundo en cuanto a la importación de gas licuado- el primero es Japón- Corea del Sur importa poco más de la mitad desde Qatar, y el resto de Malasia, EE.UU. y Australia, siguiéndole en orden de importancia otros países. Su gran consumo de gas licuado- en relación con eliminar fuentes de energía contaminantes, como la del carbón y la nuclear-hizo que en marzo pasado el país redujera en un 35% la importación de este fluido, que desde un precio de 9,38 dólares por BTU en el 2018, debe oblar desde marzo de este año 10,95 dólares por el mismo. El 1 de abril Corea del Sur redujo aranceles para la importación de gas licuado, lo que le permitirá ampliar sus compras en el exterior, siempre más caras que las que pagaría por el gas ruso, si el proyecto del gasoducto llegara a concretarse. Las dos Coreas, en conjunto, demandan 70 mil millones de metros cúbicos anuales, calculándose que Corea del Sur consumiría 55 mil millones.

Sin embargo, ya concluida la Cumbre Putin-Kim, ‘las declaraciones con las que el presidente ruso, Vladímir Putin, aseguraba que en Seúl se observa un déficit de soberanía a la hora de tomar decisiones finales cuando se tienen que tratar proyectos de cooperación económica con Rusia y con Corea del Norte, fueron ignoradas por la prensa surcoreana.’ (Sputnik, 27 de abril). Y se acotó que Putin había sostenido: «hay ciertos aspectos de la alianza de Corea del Sur con Estados Unidos que estorban».

El mismo estorbo impide la concreción del gasoducto Nord Stream 2 entre Rusia y Alemania. Un costo de US$11.000 millones, una longitud de más 1.200 kilómetros desde las costas rusas hasta Alemania y el transporte de unos 55.000 millones de metros cúbicos de gas al año tendría el emprendimiento conjunto, también boicoteado por EE.UU., que se desvive por mantener una hegemonía mundial que ya ha fenecido.

Putin visitará la RPDC invitado por Kim en la última Cumbre.

La paz en la región es necesaria y debe consolidarse para contribuir a la unidad de la nación coreana.

Por Jorge Luis Ubertalli Ombrelli (29/4/2019)

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