Según el informe anual de la ONU, UNICEF y FAO, el hambre continúa aumentando y asciende a 821 millones de personas que no llegan a suplir las necesidades básicas, lo cual corresponde a una de cada nueve personas mueren por esa causa.
Sobre la misma línea, según un informe de FAO de 2017, en América Latina y el Caribe las muertes por hambre llegaron a superar los 39 millones de personas y las personas que padecen el hambre sin llegar a fallecer aumentaron 2,4 por ciento en relación al año anterior.
Para UNICEF, la situación en América del Sur y en la mayoría de las regiones de África durante este año han empeorado, mientras que en la zona de Asia, que se caracterizó por tener una tendencia decreciente de la subalimentación parece estar desacelerándose de manera significativa, lo cual demuestra que el hambre se está diseminando en todo el globo.
El informe señala que la variabilidad climática que afecta a los patrones de lluvia y las temporadas agrícolas, y los fenómenos meteorológicos extremos como sequías e inundaciones, se encuentran entre los principales factores detrás del aumento del hambre, junto con los conflictos y las crisis económicas.
UNICEF sostiene que se ha avanzado poco en la reducción del retraso del crecimiento infantil, con casi 151 millones de niños menores de cinco años demasiado bajos para su edad debido a la malnutrición en 2017, en comparación con 165 millones en 2012, mientras que a nivel mundial, África y Asia contaban con el 39 y el 55 por ciento de todos los niños con retraso del crecimiento, respectivamente.
La prevalencia de la desnutrición aguda infantil sigue siendo extremadamente alta en Asia, donde casi uno de cada 10 niños menores de cinco años tiene bajo peso para su estatura, en comparación con sólo uno de cada 100 en América Latina y el Caribe.
Por otra parte, esta problemática no es ajena en Argentina donde se produce alimentos para abastecer a casi 440 millones de personas, ya que FAO en el informe habla de 1,5 millones de personas que sufren hambre , pero según el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina alcanza los 3 millones.
Si bien en Argentina el problema del hambre no se debe a la escasez de alimento ni a los problemas climáticos sino a la falta de ingresos y la distribución desigual de riquezas producto de la falta de políticas públicas para evitarlo y la crisis económica.
La anemia y obesidad características de la malnutrición
El informe describe como “vergonzoso” el hecho de que una de cada tres mujeres en edad reproductiva en el mundo se vea afectada por la anemia, que tiene notables consecuencias para la salud y el desarrollo tanto de las mujeres como de sus hijos. Ninguna región ha mostrado una disminución de la anemia entre las mujeres en edad reproductiva, y la prevalencia en África y Asia es casi tres veces mayor que en América del Norte.
Las tasas de lactancia materna exclusiva en África y Asia son 1,5 veces más altas que en América del Norte, donde tan solo el 26 por ciento de los lactantes menores de seis meses recibe exclusivamente leche materna.
En contraposición a la desnutrición, el informe sostiene que la obesidad en adultos está empeorando ya que uno de cada ocho adultos en el mundo es obeso o sufre algún tipo de obesidad. Tal problema es más notorio en América del Norte pero en Asia y África se están experimentando tendencias en alza.
Una característica curiosa que arroja el informe es que tanto la subalimentación como la obesidad coexisten en muchos países e incluso pueden darse juntas dentro del mismo hogar, esto puede darse por diferentes motivos como la falta de acceso alimentos nutritivos debido al aumento de los costos, el estrés de vivir con inseguridad alimentaria, entre otras.
También, el informe sostiene que las adaptaciones fisiológicas a la privación de alimentos ayuda a explicar la razón por la cual las familias con inseguridad alimentaria pueden tener mayor riesgo y obesidad.
Los organismos internacionales y el Estado
Los organismos internacionales se encuentran preocupados por el aumento de la desnutrición, el hambre y la inseguridad alimentaria, lo cual llevó a que el pasado 23 de noviembre, la Unión Europea firmara un acuerdo con FAO y las agencias asociadas de la ONU de 12 millones de euros para intentar paliar tales problemáticas a través de una serie de programas con los cuales se busca abordar tales aspectos de la seguridad alimentaria.
La Unión Europea es el mayor donante de ayuda al desarrollo del mundo, y contribuye con más de la mitad de la asistencia oficial para el desarrollo total del mundo. La Comisión europea es un socio importante de las Naciones Unidas y contribuye con más de 1.000 millones de euros en apoyo de programas y proyectos de asistencia externa. A su vez, Unión Europea sigue siendo el principal socio de recursos de la FAO, representando con sus Estados miembros el 45 por ciento del presupuesto de la agencia de las Naciones Unidas. En 2017, la contribución de la UE alcanzó los 239 millones de euros.
Es importante también la presencia de los Estados como principales responsables de la inversión en políticas públicas materializadas en programas regionales para evitar el aumento de la desnutrición y evitar el hambre, ya que la desigualdad económica es uno de los principales aspectos que desembocan en la malnutrición, desnutrición y hambre en la población.
Fuente de origen: Valeria Rodriguez – Data Urgente
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Producción de la noticia: Valeria Rodriguez
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